En este post recogemos algunos textos del Tomo II (Libro Azul) de los “Dictados de Jesús a Marga” (El Triunfo del Inmaculado Corazón de María)
que hablan de “las primicias”. Entre paréntesis cuadrados ponemos nuestros
comentarios (cfr. post anterior).
1. María
a Marga (25-12-2009): “La vida de los que en Ti creemos, no termina, se transforma
(Nota: Prefacio de la Misa de difuntos). ¡Lucha por la vida de la fe en tu familia y en tus hijos! Serás primicia de las que vendrán. Después de ti, leerán tus
escritos y verán en ti cómo la Nueva Eva puso y levantó tu dignidad como mujer,
que estaba aplastada bajo el yugo del pecado.
—
Madre: pero a mí la realidad
me habla de otra cosa, de que soy una pobre desgraciada.
Tú eres primicias de la Salvación. Por ti,
otros verán la Luz. Para salvación de
muchos. Empezando por tus hijos. Para que tus hijos vean la Luz. Donde había mentiras: reinará la Verdad.
Donde oscuridad: Luz. Donde odio: amor. Donde tinieblas: esperanza. Donde «burla a Dios»:
esperanza. Donde miedo y esclavitud: libertad y confianza. Donde desazón: paz. Y
tu Libro será el consuelo de muchos”.
[Marga
tiene una misión especial. A través de su ejemplo y de los libros que el Señor
le ha hecho escribir, podemos descubrir en qué consiste ser “primicia” de la Nueva Creación, un
adelanto a lo que serán los hombres que estén en el Reino Nuevo. Todos los
bienes están firmemente cimentados en la vida de fe].
2. María
a Marga: “Ten presente y comprende que Yo contigo ya he empezado una época
nueva.
— (Tiene un doble sentido: ya mi vida es
distinta. Y conmigo está haciendo las
primicias de lo que será su trato
con los hombres en el Reino Nuevo)
Todo lo a
ti predicho está a punto de cumplirse.
Tú:
digna. ¿Quién es aquí la mujer y digna de respetar por su dignidad humana y
femenina? Ve y enseña Quién es la Mujer. Ve y enseña a tus hijos el valor de una madre y de una mujer. Ve
y muestra al Maligno que por mucho que agobie e insista en aprisionar, la que
vence es la Mujer sobre sus hijos y por medio
de sus hijos. ¡Su reino está perdido!
¡Su reino tendrá fin! ¡Su reino termina! Y termina ya”
(30-12-2009).
[Parte
importante de la misión que ha recibido Marga es mostrar claramente la dignidad de la mujer, que el Maligno ha
intentado rebajar en nuestra época especialmente. Para eso, Jesús le indica a
Marga el ejemplo de Nuestra Señora,
la Mujer].
3. Jesús
a Marga: “Tened, entre vosotros, trato de hermanos. Amaos todos con un amor
sobrenatural, que sobrepasa todos los gustos terrenos. Entre vosotros, corregíos por amor, para que todas las
almas vuestras alcancen la unión conmigo
por mi Reino. No consentías desvíos.
Amaos así todavía aún más. Queridos: quisiera que fuerais primicia de
lo que ha de venir. De la humanidad que ha de venir. Será una humanidad
donde todos se amarán. Será una humanidad donde
no existan acepciones de personas a la hora de darse su amor. Todos habrán comprendido el Amor que Yo les
tengo. Y, como tal, querrán amar a los demás. No existirán los odios ni las
divisiones. Ni las envidias ni las calumnias. Donde no exista el afán por tener
y por gozar. Donde se me ame a Mí por encima de todo” (07-12-2010).
[En el
Reino Nuevo los hombres vivirán
intensamente la caridad. Todos comprenderán con gran profundidad el Amor de
Dios. Mientras llega la humanidad a esa situación, es necesario luchar,
corregirnos entre nosotros para purificar todo lo que no es voluntad de Dios: ir adelantando la vida de amor del
Reino Nuevo, ya en esta vida].
4. Jesús
a Marga: “A menudo, mis débiles ovejas, os
encontráis sin saber qué rumbo tomar: escuchadme a Mí. Escuchadme, por uno
y mil cauces. Uno de ellos son estos
Mensajes a mi Amada hija Margarita. A ella le diré los ritmos a seguir. A
ella le explicaré los caminos. A través de ella daré las pautas (…).
Ella no tiene la exclusiva
del Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo es rico en Carismas. Ahora, sí os digo: escuchadla.
Porque ella es el cauce. Ella es su
cauce. Que si hubiera querido poner a otro, lo habría puesto. Pero ella lo es
para ti, amada hija, que ahora nos escuchas (…). Amada [se dirige a Marga]: tu
vida está puesta para rescate de muchos. Tus circunstancias personales,
harán a otros crecer. No creas que
Yo he retirado de ti mi vista. Tu camino es observado por Mí al milímetro y conozco cada avance de tus pasos. Por donde
pisa tu sandalia y veo qué agarran tus manos. Soy el Dueño de cada deseo de tu corazón y nada de lo tuyo me es ajeno. ¡Ah...! ¡no
creas que te he abandonado! ¡Ah...! estoy sobre tus pasos, a tu lado y en
frente de ti. Te rodeo por arriba y por abajo y
te abarco toda. Tú eres las primicias de lo que vendrá. Eso
haré con todos. En el Reino nuevo. Lo haré en la medida de cada uno. De muy
diversas formas. Tantas como hombres hay. De tal manera, que ahora nuestra
imaginación no alcanza a comprender ni a imaginar. Por eso te digo a ti cómo
será, por que tú no tienes ninguna
curiosidad. No te encontrabas tú entre los estudiosos ni entre los curiosos
del tema. Sin embargo, a ti quise decírtelo y a ti te digo.
Conservad la paz, amada hija. Habrá
entre vosotros quienes, ante la dureza de los acontecimientos, querrán vivirlos
todos muy deprisa y perderán la paz y la compostura. ¡No debéis poneros
nerviosos! Eso puede hacer incluso que abandonéis el barco. Todavía tenéis que vivir muchas cosas y
os tienen que pasar muchas cosas juntos. Si estos Mensajes, los utilizáis para
saber acontecimientos futuros, saber más que nadie, estos Mensajes no os
aprovecharán. Lo que quiero es el cambio
de vida y que viváis siempre en mi Paz. El saber lo que ha de venir, os puede hacer deseosos de cambios y novedades, sin
vivir el momento presente y buscando sólo los asideros humanos. No es para eso
que os lo digo. No es por eso que os lo hago saber. Es sólo para que preparéis
al resto (…). Para los que quieran escucharte: Yo me comunico a través de ti”
(17-09-2011).
[Como a
Marga, el Señor nos conoce “al milímetro” y, también quiere que seamos “primicia”
de lo que vendrá en el Reino Nuevo. Él nos trata a cada uno de modo diverso: cada uno somos diferentes, aunque con
un denominador común, que es el amor de Dios. Lo que Jesús quiere de nosotros,
ahora, es el cambio de vida: la conversión. No quiere que nos inquietemos y hagamos elucubraciones sobre lo que
vendrá. Por eso escogió a Marga para esta misión: porque “no tiene ninguna
curiosidad”. No es malo tener “curiosidad”, pero sí lo es si nos hace “deseosos
de cambios y novedades”, porque nos puede distraer de vivir el momento presente
para buscar la santidad y ayudar a los
demás a buscarla decididamente].
5. María
a Marga: “En un futuro, podréis tener la
unión íntima con su Creador en un grado, si no tan excelso como vuestros
primeros padres, muy similar. En la era de la Misericordia. En la era del Amor.
En el Tiempo Nuevo que vendrá.
— Pero la Gracia de Cristo, ¿no pudo restablecerlo
todo? Esto no lo entiendo.
Está
restablecido. Está borrada la «culpa» original, pero queda la «pena» de una
naturaleza caída. Poseéis las primicias
de la Renovación. Pero la humanidad todavía no ha sido renovada. Espera que se
culmine la Pasión de Cristo, para llegar todos a la Resurrección (Nota 127:
Col 1, 24: "Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por
vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en
favor de su Cuerpo, que es la Iglesia"). Un
resarcimiento a las ofensas hechas a Dios. En el cuerpo: el Cuerpo de Cristo. En
las almas: el Alma de Cristo” (28-09-2011).
[Parece, según
las palabras de María que, efectivamente, ya ahora poseemos las “primicias” de la Renovación, por la gracia de la
Redención de Cristo: tenemos una incoación de la gloria futura, que se
manifestará plenamente cuando haya culminado la Pasión de Cristo. Parece —según estos mensajes—, como veremos en el próximo post, que en el Reino Nuevo continuará completándose la Pasión de Cristo, porque no terminará el sufrimiento humano. Sin embargo, los que vivan en el Reino Nuevo “llegarán a la Resurrección”, es decir, participarán de la Resurrección de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo, pero no llegará aún la Resurrección final de la carne y la inmortalidad].
6. María
a Marga: “Tu vida no es como la de Concepción Cabrera de Armida [1862-1937: mujer
mexicana beatificada el 4-V-2019]. Tú eres una mujer de tu tiempo.
— (Leía su vida. Fundadora de las Obras de
la Cruz). Y algunos me verán como muy pasada de moda.
Y no lo
eres, hija mía. Más bien eres las
primicias de lo que vendrá. Eres más moderna que la modernidad, porque preludias
el Tiempo Nuevo.
—
(Traté de imaginarme «el
Tiempo Nuevo». Y lo quería comparar con otras épocas buenas de la Iglesia.
Siglos antiguos. Pero Ella me decía que no)
No, no
será así, porque será mejor. ¿No veis que ahora gozáis de mayores gracias que
antes? En ese tiempo toda la sociedad
alabará a Dios. En la historia de la humanidad nunca se ha dado eso. ¡Yo os vería tan en vuestro sitio! Pensad que no
sólo es a ti a la que pido esto, sino
que lo pido de todos vosotros. Y
diréis: ¡¡tres horas de oración!! Sí. Y podéis hacerlo. Pensad que no sólo es
un tiempo que quitaríais a otras cosas, sino un tiempo ganado, que os haría
centraros más en Dios. Seríais hombres y
mujeres centrados en Dios, y con tiempo para muchísimas cosas más. Las cosas hechas en la Paz de Dios, ganan
en eficacia, prescinden de lo superficial, y siempre tienen éxito. El
primer logro que encontraríais, sería vuestra
serenidad” (13-11-2011).
[Parece
ser que el Reino Nuevo es un tiempo
dentro de la historia humana, pero no se puede comparar con otras épocas “buenas”
de la Iglesia. Todos los que vivan en esa época, ya cercana, estarán “centrados en Dios”. Por eso la Virgen
nos pide que, ya ahora, seamos hombres y mujeres centrados en Dios dedicando tiempo exclusivo a la oración
(tres horas dedica Marga) y convirtiendo todo nuestro día en una oración continua].
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