viernes, 1 de enero de 2021

Discernir sobre el Final de los Tiempos

Comienza un nuevo año. A finales del que acaba de terminar me había propuesto dedicar todas las entradas de 2021 al Año de San José, que proclamó el Papa Francisco el 8 de diciembre pasado. Sin embargo, el día de Navidad, una lectora del blog me escribió para sugerirme que tocara temas “para poder discernir sobre el Final de los Tiempos”.

Bartolomé Esteban Murillo.
Las dos trinidades (1670-1680)

Sin pensarlo demasiado, le contesté lo siguiente [lo que pongo en negritas es posterior a la redacción original del 25 de diciembre].

«Gracias y tendré en cuenta tu sugerencia. Sigo en contacto con personas que me merecen confianza respecto al final de los tiempos. Son muchas voces. No es fácil hacerse una idea de los tiempos y el modo en el que el Señor ha previsto que sucederá lo que está profetizado. Por otra parte, la mayoría de los buenos cristianos viven muy al día, y ni siquiera se interesan por relacionar lo que sucede actualmente en el mundo con el fin de los tiempos. Suelen decir: "siempre ha habido momentos turbulentos en la historia". Tampoco hacen ningún caso a los videntes o las apariciones de la Virgen. A veces pienso que eso es lo más sensato, dentro de todo. Porque lo importante es estar siempre en proceso de conversión: estar bien preparados en todo momento. Cuando llegue lo que tenga que llegar, en ese momento, nos adaptaremos a lo que Dios quiera de nosotros, con su gracia. En este sentido, me parece muy bueno el artículo de Bruno Moreno en InfoCatólica. 

En fin, como ves, en las circunstancias en que vivimos me resisto un poco a hacer conjeturas o a dar por hecho [en el sentido de un asentimiento absoluto, como el de un acto de fe en la Revelación] que ya estamos en "los últimos tiempos" (…).

Si, dentro de poco, se confirma que efectivamente estamos en los últimos tiempos [tal como parece, por las muchas señales que hay], y aparece el Anticristo, y la gran tribulación y llega el Aviso [anunciado en Garabandal], etc., etc., entonces nosotros tendremos la ventaja de conocer un poco más todo lo que va llegando, y eso será un impulso para nuestra conversión y el apostolado que hagamos. Pero los que no se han interesado por todo eso en la actualidad, y son buenos, también estarán preparados para lo que venga [sin necesidad de que se interesen por las apariciones actuales de la Virgen, etc.]. 

Me he alargado un poco, pero es como una explicación de porqué prefiero [por el momento] no poner en Ecos [de Garabandal] cosas relacionadas con los últimos tiempo y, en cambio, escribo sobre cómo vivir más plenamente la vida cristiana, aprovechando lo que tenemos ahora: la Palabra de Dios, el Magisterio de la Iglesia, la teología, las devociones marianas, la devoción a San José, etc.». Hasta aquí lo que escribí hace una semana.

Al día siguiente, la referida lectora me envió un breve mensaje de la Virgen a Mirjana, vidente de Medjugorje, del 2 de junio de 2012, que dice lo siguiente [las negritas son de la lectora del blog]:

Por medio de este amor salvífico y del Espíritu Santo, Él me ha elegido y yo, junto a Él, los elijo a ustedes para que sean apóstoles de su amor y de su voluntad. Hijos míos, en ustedes recae una gran responsabilidad. Deseo que ustedes con su ejemplo, ayuden a los pecadores a que vuelvan a ver, a que enriquezcan sus pobres almas y a que regresen a mis brazos. Por lo tanto: oren, oren, ayunen y confiésense regularmente”.

En estos días de mayor calma, he reflexionado despacio sobre todo esto, y he pensado hacer lo siguiente:

1) Poner en marcha un nuevo blog, dirigido especialmente a los sacerdotes, que lleva por título “Reflexiones sobre el Año de San José”. De esta manera, podré continuar enviando a muchos sacerdotes las “cápsulas en tiempo de pandemia” que escribí desde el 13 de mayo hasta el 15 de noviembre de 2019 (94 en total). A partir del 16 de julio (“cápsula 33”: Nuestra Señora del Carmen), esos escritos también están en “Ecos de Garabandal”.

2) De esta manera, podré continuar escribiendo en “Ecos de Garabandal” temas para “poder discernir sobre el Final de los Tiempos”, como me sugería la amable lectora a quien agradezco haberme hecho reflexionar. Me parece que sí podemos tratar de discernir sobre lo que está sucediendo en nuestra época y sobre las “muchas voces” que recibimos y que, en última instancia, Dios permite que escuchemos. Cada uno, guiado por el Espíritu, intentará distinguir entre lo bueno y lo malo, como nos aconseja San Pablo:

«No apaguen el Espíritu, no desprecien lo que dicen los profetas. Examínenlo todo y quédense con lo bueno. Eviten toda clase de mal donde lo encuentre. "Que el Dios de la paz los haga santos en toda su persona. Que se digne guardarlos sin reproche, en su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor. El que los llamó es fiel, y así lo hará» (1ª Tesalonicenses 19, 24).

El mensaje de Garabandal es muy rico y tiene una admirable unidad. He pensado que no se puede separar su contenido escatológico de lo demás: es una urgente (¡ya!, ¡ahora!) llamada a la conversión (ser buenos, hacer penitencia, meditar en la Sagrada Pasión, tener un amor más grande a la Eucaristía, rezar por los Pastores, acudir para todo a la Virgen, etc.).

Intentaré colaborar en esta tarea teniendo en cuenta la responsabilidad que tenemos y la gran necesidad de que todos regresemos a los brazos de Nuestra Madre. ¡Muchas felicidades en este Año 2021 que comienza, y que la Trinidad del Cielo y la de la tierra -Jesús, María y José- nos bendigan abundantemente!

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