Comenzamos
una nueva serie (la octava: ver post anterior) de comentarios sobre los “Dictados de Jesús a Marga” (cfr. vdcj.org).
El tema son “las primicias”.
Procuraremos tratar de comprender —a través de los mensajes recibidos por Marga—
qué es lo que Jesús y María quieren que sepamos sobre este misterio que se
manifiesta especialmente en los últimos tiempos.
Recogemos
algunos textos de mensajes que nos
hablan sobre “las primicias”. Cada uno de nosotros, por sí mismos, y con las
luces que recibimos del Espíritu Santo, podremos entender qué son “las primicias”. Entre paréntesis
cuadrados ponemos nuestros breves comentarios, que pueden ser conclusiones,
observaciones u otras apreciaciones que nos sugieren esos textos.
En este post tratamos sobre “las primicias” en el Primer Tomo (Libro Rojo) de los “Dictados
de Jesús a Marga” (La Verdadera
Devoción al Corazón de Jesús).
1. Comenzamos
con una cita de Santo Tomás que se
encuentra en el prólogo del libro, y que ayuda a comprender el concepto de “primicia” en la Sagrada
Escritura: «La devoción es una voluntad
pronta de entregarse a todo lo que pertenece al servicio de Dios. A este
propósito se nos dice en Ex 35,20-21 que la multitud de los hijos de Israel
ofreció muy pronta y devotamente las
primicias al Señor». «La devoción, tal como acabamos de decir (a.l), tiene
por objeto la entrega de sí mismo a Dios» (S. Th., II-II, q.82, a.1).
[La
principal muestra de devoción y “primicia” que queremos ofrecer a Dios es
nuestro deseo sincero y eficaz de
entregarnos a Dios, y a cumplir su voluntad, completamente].
2. Jesús
dice a Marga que los hombres: “olvidaron que Yo Soy su Dios, al que deben dar las primicias de todo,
de su vida, al que deben dar su amor, su alabanza, su tiempo, sus obras” (03-05-2000).
[Ofrecer
las primicias, por lo tanto, es ofrecerle lo mejor de nosotros mismos; es ofrecernos
nosotros mismos como primicia a Dios, alegre y prontamente].
3. María a
Marga: “Sabes que mi presencia en las almas está ahogada por tanto mal. El
Demonio se ha ocupado todo este siglo de ahogar mi presencia en las almas. Pero
llegará un día que las gentes me sientan así, como tú, y más aún. Eres como una
primicia de lo que Yo quiero hacer con la humanidad” (19-06-2001).
[Ser
primicia es acoger el don de Dios para “sentir” su presencia de un modo nuevo y
más intenso. Ese día llegará, en los últimos tiempos, para hijos de Dios —las
primicias— que adelantarán lo que ocurrirá a todos en el Nuevo Paraíso, la
Nueva Creación, el Reino Eucarístico aquí en la Tierra].
4. María a
Marga: “Sigue, porque no sólo queremos levantarte a ti, sino que tú seas primicia de todo lo que vamos a
hacer con el Pueblo” (25-01-2001).
[A Marga,
Jesús y María la van purificando, y le van concediendo dones de una presencia
de Dios habitual y muy intensa, a lo largo de todo el día, aunque especialmente
en los momentos de Adoración de la Eucaristía].
5. Jesús
a Marga: “Mira cómo Yo en algunas almas
os doy la primicia de lo que será. Manifestación de Dios a sus profetas que
cada vez más y cada vez más ha ido viniendo hasta manifestarse del todo en los últimos tiempos, en los albores de
la Nueva Creación. Creación en la que toda alma alabará a su Creador y se encontrará unida a Él con esta Gracia
del desposorio espiritual” (05-06-2002).
[Ya
ahora, Jesús concede especiales dones a esas “primicias”: almas que experimentan
una unión con el Corazón de Jesús más grande, a través del amor a María Santísima].
6. La
Virgen a Marga: “Porque Yo, vuestra Madre, vendré a limpiaros y con la Sangre
del Cordero os purificaré de todas vuestras inmundicias, para poderos presentar
limpios ante Dios y decirle a su Ángel Exterminador: «¡No!, ¡no toques a éstos!
Son los hijos predilectos de Dios
arrepentidos antes del Día. Han oído mi Voz, mi Llamamiento desgarrado de
Amor, y han venido a Mí antes del Día.
Dejadlos. Son las primicias de Dios. Las
primicias de la Nueva Creación»” (…). “¡Venid!, ¡venid antes del Día!” (…). Creedme. Dadme al menos un poco de
crédito para que la Luz Inundadora de Dios penetre en vosotros y podáis ver
claro porque todo se os hará luminoso” (13-08-2002).
[“Antes del Día”, es decir, de la Segunda Venida de Cristo. Para ser “primicia”
es necesaria la purificación previa
(la Virgen lo hará si nos ponemos en esa patena, que es Ella). Es necesario el
arrepentimiento sincero de nuestros pecados. María nos puede conseguir la
gracia de ser “hijos predilectos” de Dios y “primicias” de la Nueva Creación”].
7. Jesús
a Marga: “El Camino se os irá abriendo a medida que avancéis, iréis
comprendiendo más mi Revelación para esta hora, más lo que han de ser mis enviados para esta hora” (…). “Habéis sido regalados con creces
de los Dones de la Salvación. ¡Sabedlos aprovechar! Que nadie se crea un
indigente y un abandonado de Mí: ¡Sois
las primicias de la Resurrección!”. (…) “Cuando veáis venir, con
toda su fuerza, la Gran Tribulación sobre vosotros, acordaos, oh hijos, que sois los hijos predilectos del Altísimo,
y que sobre vosotros descansan todos sus Dones” (12-12-2002).
[El Espíritu
Santo va abriendo el corazón de esos “hijos
predilectos” que Dios escoge para esta hora, para ser enviados. Recibirán
abundantes dones, especialmente útiles en el momento de la Gran Tribulación,
para mantener siempre la paz].
8. María
a Marga: “Sí, verás, éste
es el plan: ¡Hacer que todos los hombres vuelvan a Él! Te digo, hija, en
secreto: ¡éste es mi plan! Y lo voy a
realizar teniéndoos por colaboradores. ¡Renovar toda la humanidad en Cristo!
Y vosotros como primicia, hija.
¿Cabe un deseo mayor?... Yo lo haré. Dios ha dicho que Yo lo haré. Su Virgen lo
hará, ayudada de todos sus hijos. ¡¡VENID A MÍ TODOS MIS HIJOS PARA RENOVAR
TODAS LAS COSAS EN CRISTO!!” (31-05-2004).
[María
llama a todos. Ella quiere que todos colaboremos con su plan de salvación en
estos momentos que es renovar toda la humanidad en Cristo. Aunque la elección
es divina, cada uno nos podemos disponer para recibir esa gran gracia: ser primicia de los Nuevos Tiempos].
9. Jesús
a Marga: “¡Ah, hoy mi
Corazón no está de moda! Nadie querría verse relacionado con Él ni con nada que
lo recuerde. Y sin embargo, ¡cuánta necesidad tenéis de Él! Hoy más que nunca
tenéis necesidad. ¡Oh, no te hablo de mis pequeños reductos fieles! Esos que me
aman. Son la primicia de lo que Yo haré
con vosotros. Te hablo de que hoy, en el mundo, se huye de mi Corazón. Hoy
se rehuye mi vocación. Aun en los ambientes clericales. Aun en los Templos. Se
arrincona mi imagen y todo lo que la recuerde. No movéis a los fieles a Mí, a
mi Amor. ¿Cómo van a llenarse los Templos?” (15-07-2008).
[Ante la
falta de amor al Corazón de Jesús en nuestros días, el Señor desea “primicias” que le ayuden a caldear el mundo: mover
a los demás al Amor de Dios, por medio de la oración, el sacrificio y el
testimonio].
10. Jesús
a Marga: “Soléis ver al
Padre como Amor justiciero o como Hacedor del mundo, pero no como Madre. Dios creó el corazón de Eva más similar al
suyo. Le dotó de esa delicadeza y amor, que da vida a su criatura. La hizo
depositaría de la vida. La que da la
vida. Natural y espiritual. Por eso, la corrupción en Eva fue más grave.
Por eso se denigró más su naturaleza. Cayó más hondo. Pero he aquí que la Nueva
Eva viene a resarcir a Dios del pecado de la primera. La Nueva Eva, María, Primicia de la Nueva Creación. María nació
antes en el mundo que Yo, el Verbo. Nació antes para poder darme forma. Yo ya
estaba alegre desde su Nacimiento. Ya empezó ahí mi Plan Redentor. Y la colmé de Gracias y bendición.
Dios: Dador de Vida María: Dadora de Vida. Y su Corazón virginal vino antes al
mundo que el mío” (…). “Por eso, comprended ahora, nueva generación, cómo quiero que vosotros seáis un reflejo suyo. Para ello: - Meditad sobre su Corazón. - Consagraos enteramente a Ella. - Dejaos hacer, en infancia espiritual, como
niños llevados de la mano de su Madre. Ella es el Camino. Es el Camino para
venir a Mí.” (18-11-2008).
[Jesús
nos señala el camino de la “Primicia de la Nueva Creación”, que es Nuestra Madre. Igual que a Ella,
también el Señor desea colmarnos de bendiciones. Pero para eso, nos pide que seamos un reflejo de Ella, y nos da
tres consejos: 1) meternos en el
Corazón de María, 2) Consagrarnos a Ella (todo el día: “en prueba de mi filial
afecto os consagro en este día alma, vida y corazón”) y 3) Hacernos niños
(infancia espiritual) y dejarnos llevar por su mano].
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