Alguien
me comentó recientemente que este año, 2018, será un año importante para la difusión de las apariciones de la Virgen, que tuvieron lugar en San Sebastián de Garabandal, Cantabria, entre los años
1961 y 1965.
¿Por qué?
Pues porque el número de Garabandal es
el 18. Un 18 de junio de 1961 fue la primera aparición, del ángel. Y los
dos mensajes que recibieron las niñas fueron un día 18.
Este es
el texto de los dos mensajes:
“Hay que hacer mucho sacrificios y mucha penitencia, y tenemos
que visitar mucho al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no
lo hacemos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos
vendrá un castigo” (Mensaje del 18 de octubre de 1961).
“Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi
mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que éste es el último; antes la
copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el
camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía
cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre
vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras
Él os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os
quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho
y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo
daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús” (Mensaje del 18
de junio de 1965).
Por otra
parte, el Arcángel San Miguel dio la Sagrada
Comunión a Conchita, una de las
videntes, el 18 de julio de 1962. En ese verano tuvimos la dicha, varios
miembros de nuestra familia, de conocer Garabandal. En varias ocasiones pudimos
presenciar éxtasis de las niñas, y fuimos testigos del milagro de la Comunión.
Al saber
hace poco que se estaba filmando una película
sobre estas apariciones de la Virgen (“Garabandal, sólo Dios lo sabe” es el
título), y que se estrenaría este año (en concreto, el 2 de febrero próximo), nos
llevamos una gran alegría y comprendimos que, efectivamente, el año 2018 será
un año en el que se podrán difundir
ampliamente esos sucesos de gracia que, al menos para nosotros —que tuvimos
la fortuna de presenciarlos directamente—, son, efectivamente, de origen sobrenatural,
aunque hasta ahora la calificación que ha utilizado la Iglesia para definirlos
es que “no consta la sobrenaturalidad” de esas apariciones, que no cierra un
juicio diferente (podría haber dicho que “consta la no sobrenaturalidad” de
esos sucesos, y no lo ha dicho).
Nos
parece que es humanamente imposible que cuatro niñas de 12 y 13 años (eran
chicas de mi misma edad), tan sencillas y normales, se hayan propuesto engañar
a todo un pueblo y a miles y miles de personas que fuimos ahí en esos años.
Tampoco es posible que esos fenómenos hayan sido movidos por alguna fuerza
maligna. “Por sus frutos los conoceréis”,
dijo Jesús a sus discípulos. Y los frutos de Garabandal son abundantísimos y
todos buenos: conversiones, curaciones, decisiones de acercarse más a Dios,
difusión de la devoción a Nuestra Señora, etc.
El
contenido de los mensajes que recibieron las niñas y de las conversaciones que
tenían con la Virgen es puro y diáfano.
Todo respira bondad, inocencia y, al mismo tiempo, gran profundidad teológica.
Esos años fueron los del Concilio. La
Iglesia necesitaba gracias especiales de Dios y de su Madre. María quiso venir
a la tierra y aparecerse a cuatro niñas muy sencillas, y les quiso dejar un mensaje claro: el mundo no va bien encaminado;
es necesario volver a lo de siempre: la frecuencia de los sacramentos, la
oración, la penitencia, la coherencia de vida cristiana. Si el mundo no cambia,
sufrirá las consecuencias del mal y del pecado.
Todo
esto, y más, aparece en la película “Garabandal,
sólo Dios sabe”, un largometraje de 90 minutos de duración, en español.
El
tratamiento que se le ha dado a la producción es sin ánimo de lucro e
íntegramente informativo, aunque se ha basado en hechos reales. En este
sentido, la película sirve también como iniciativa para que se puedan realizar
en un futuro nuevos estudios sobre los hechos allí ocurridos.
Aquí se
puede visitar la página de la realizadora y productora de la película: .
Y aquí la página web oficial: .
En ella se encuentran secciones de historia, datos sobre los actores y la realización
de la película, así como imágenes con escenas del rodaje.
A partir
del 2 de febrero se presentará la
película en cines de España:
Barcelona (Cines Gran Sarría), Cuenca (Cine Odeón), las Palmas de Gran Canaria
(Cine Monopol), Madrid (Conde Duque Santa Engracia y Conde Duque Alberto
Aguilera), Santander (Cine Los Ángeles), Tenerife (Multicines Tenerife),
Valencia (Cine ABC Park). Más adelante habrá presentaciones en países de América y Europa.
Para
concluir, diremos que hay otro mensaje
que la Virgen no comunicó con tanta solemnidad como los dos principales,
que hemos transcrito más arriba. Se trata del mensaje que reúne tres eventos
futuros: el Aviso, el Milagro y el
Castigo.
Conchita
tuvo una aparición de la Virgen el 1 de enero de 1965 en la que la Virgen le habló de un “aviso” que, en el futuro,
recibirán todos los hombres, para que el mundo se enmiende. Conchita
comenta:
“No puedo decir en qué va a consistir, pues Ella no me ha
ordenado decirlo. Y ¿cuándo será?, no me lo ha dicho, así que no lo sé. Si sé
que será visible para todo el mundo; será obra directa de Dios y tendrá lugar
antes del milagro. Yo no sé si morirán personas. Únicamente pueden morir, al
verlo, de impresión.”
En una de
sus cartas añade lo siguiente:
“Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos:
para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles
que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos.”
Sobre el milagro, Conchita ha dicho lo
siguiente:
“Lo del milagro me lo ha dicho, la Virgen, a mí sola. Ella me
ha prohibido decir en qué consistirá. Tampoco puedo decir la fecha hasta ocho
días antes. Lo que sí puedo decir es que coincidirá con un acontecimiento de la
Iglesia y con la festividad de un Santo mártir de la Eucaristía; será a la ocho
y media de la tarde de un jueves; será visible para todos los que estén en el
pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y
los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo.
No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará
una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y
televisado.”
Y, sobre el castigo, ha comentado lo que
sigue:
“El castigo está condicionado a que la humanidad haga caso o
no de los mensajes de la Virgen y al milagro. En caso de que suceda, yo sé en
qué va a consistir, porque yo he visto el castigo; si puedo asegurar que si
viene es peor que si estuviéramos envueltos en fuego; peor que si tuviéramos
lumbre por arriba y lumbre por abajo. No sé el tiempo que pasará para que Dios
lo envíe, después de hecho el milagro”.
Conchita cumplirá el próximo 7 de febrero 69 años. Es viuda. Tiene cuatro hijos
y vive en Nueva York. Tuvo una amistad cercana con Santa Teresa de Calcuta. También tuvo, junto con las otras tres
videntes, una relación particular con San
Pío de Pietrelcina. Ha sido una esposa y una madre ejemplar, que se ha
dedicado a las tareas del hogar toda su vida, pasando oculta y esperando las
promesas de la Virgen.
La
película “Garabandal, sólo Dios lo sabe”,
será un medio utilísimo para difundir estas apariciones marianas y promover que
se estudien más para que, pronto, puedan recibir una aprobación por parte de la
Iglesia. Recomendamos leer el artículo de don Javier Paredes, Por las doce “estrellucas”(sobre la película de Garabandal).
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