Carlos Gay Borunda
vive en Chihuahua, México. Está casado y tiene una hija y dos hijos; los tres
menores de 15 años. Desde el año 2012 comenzó a recibir mensajes privados de
Jesucristo y, últimamente, también de Nuestra Señora.
En este post, quisiéramos compartir con nuestros
lectores cómo comenzó este contacto más extraordinario de Carlos con Nuestro
Señor, y qué es lo que espera el Señor de él, y todos nosotros. Después,
transcribiremos el último mensaje que Carlos ha recibido de Nuestra Madre, el
28 de septiembre de 2013.
En septiembre de 2011,
Carlos escribió un testimonio de su primera experiencia sobrenatural. A continuación,
transcribimos algunos párrafos de ese texto:
“Un día mientras buscaba oraciones en internet me topé con una página en
la cual se hablaba de unos mensajes que Jesús está comunicando a la humanidad
por medio de un alma elegida llamada María De La Divina Misericordia. Cuando
los empecé a leer me gustaron mucho porque eran esperanzadores, y empecé a
creer de inmediato. No sé cómo, pero yo sentía que era Dios quien se comunicaba
en estos mensajes y que Él nos está preparando para su Segunda Venida. Así,
seguí visitando la página [The Warning; El Aviso de Dios] algunas veces a la
semana, y después a diario…. Cuando un día, estando solo en mi casa, mientras
leía un mensaje de Jesús, sentí una efusión muy fuerte del Espíritu Santo y, en
medio de esta efusión, el Señor me permitió orar y cantar en lenguas.
Anteriormente ya empezaba a orar en lenguas pero muy poco, y no podía
interpretarlas. Yo sentía que algo en mi cabeza iba a estallar. La experiencia
duro algunos minutos. Después, todo volvió a la calma y, en ese momento, supe
que los mensajes eran auténticos y que Dios estaba presente en estos mensajes.
Fue como si Jesús hubiera hablado a mi corazón (…).
En medio de la oración Jesús me regala el don de interpretar las
lenguas, y empieza el don de profecía a manifestarse con poder. Nos habla Dios
Padre [a él y también a su esposa] acerca de una misión; y que me ha elegido
para ello, y Jesús nos dice tengamos compasión de nuestros hermanos que no
tengamos miedo de hablar con verdad y franqueza y que él nos protegerá en este
caminar de sufrimiento que muy pronto vamos a experimentar. Y desde ese día,
empezó una misión para salvar almas para nuestro Dios. El Señor me da profecía
referente a los mismos eventos de los cuales habla la profeta [María de la
Divina Misericordia]. La esencia es la misma. Todo esto puede parecer una
locura, pero no lo es. Es la verdad. Muchas veces me siento no capaz de llevar
esta misión. Le hablo con la verdad de mi corazón. Mire lo que sucedió con mi
esposa [que al principio no creía, pero luego ella misma también ha participado
de los mensajes y visiones procedentes del Cielo], y lo que Dios tuvo que hacer
para que ella entendiera que era Él quien nos buscaba porque para esta misión
nos llamó a los dos como matrimonio;
Dios le bendiga”.
* El último mensaje
que la Virgen ha dado a Carlos es el siguiente:
Mensaje urgente de la Santísima Virgen María,
recibido el 28 de septiembre de 2013
“Su Mamá está aquí,
hijitos míos. Yo soy su Madre, pequeñitos míos, la Reina del Cielo. No tienen
de que angustiarse, hijitos míos. Cuánto los amo, hijitos preciosos. Soy su Madre,
la Santísima Virgen María.
Miren que he tomado
todas sus necesidades, hijitos míos, hijitos preciosos, y se las he llevado en
este momento ante mi amado Hijo Jesucristo, hijitos preciosos. No tienen nada
de que temer, ya que todos ustedes están en mi Inmaculado Corazón, y en este
momento, le estoy entregando todas sus necesidades y angustias a mi amadísimo Hijo
Jesucristo, que está aquí, hijitos míos,
y los ama tanto mi Hijo. Yo los cubro en este momento con mi manto, hijitos míos,
y los protejo al igual que a sus familias completas. Los amo, hijitos míos. Los
amo profundamente.
Miren que mi amadísimo
Hijo Jesucristo ha permitido, hijitos míos, que yo me dirija hacia ustedes por
el gran amor que les tiene. ¡Oh, hijitos míos!, cuánta alegría le dan a esta
Madre, la Madre de la humanidad, la Madre de la Salvación. Miren que mi Hijo ha
derramado grandes bendiciones, hijitos míos, en todos ustedes, en este momento;
gracias tan grandes, dones tan maravillosos, porque mi Hijo Jesucristo
solamente tiene amor por ustedes, hijitos míos.
¡Qué amor más grande
tiene mi Hijo! Contémplenlo, hijitos míos, en esa Cruz. Ahí encontrarán el Sacrificio
más grande que mi amadísimo Hijo Jesucristo hizo por todos ustedes, hijitos míos,
y por toda la humanidad entera; para que ustedes pudieran ser liberados,
pudiera ser borrado ese pecado original a través de su gran Sacrificio, que mi
Hijo hizo en esa Cruz. Él permitió ser cruelmente torturado hasta la muerte por
ustedes. Y lo hizo porque los ama
profundamente, y jamás los dejará de amar, hijitos míos.
Tienen que prepararse,
hijitos míos. Todo está a punto de
cambiar ya. Mi Hijo Jesucristo ha dado ya las órdenes para que todos los
eventos que Él les ha profetizado, hijitos míos, se den a cumplimiento, uno
tras otro. Son ustedes tan bendecidos, porque tienen la oportunidad y la
facilidad de escuchar estos mensajes que mi Hijo Jesucristo y yo, su amada Madre, podemos transmitir por medio
de nuestro hijo; este hijo que fue escogido por mi Padre y el Padre de todos
ustedes, el amadísimo Padre Celestial. Alaben su nombre, hijitos míos, junto
conmigo. Alaban el nombre de mi amado Padre Celestial; en este momento, hijitos
míos, ya que Él me dio la potestad de ser la Madre de la Salvación para todo el
género humano, hijitos míos; para creyentes y no creyentes.
Y miren que el Padre
miró con tan buenos ojos esa petición que hizo mi hijo; porque él quería
colaborar en esta misión santa y sagrada, que prepara al mundo para la Segunda Venida
de mi Hijo Jesucristo. Y el Padre lo escogió, porque vio con buenos ojos su
vida, cómo él se conducía con sus hermanos. Este hijo ha sido una bendición muy
grande para ustedes.
Tristemente él ha sido
rechazado en muchas ocasiones. Sus otros hermanos ya no quieren saber de esas
profecías que el profetizaba en el Santo Nombre de mi Hijo para advertirles. Ya muchos de sus hermanos
están tan a gusto en sus vidas, porque ellos no quieren, hijos míos, darse cuenta
de una realidad. Y la realidad es que todo está a punto de cambiar. Ellos
prefieren estar cómodamente haciendo sus cosas, como si nada fuese a cambiar,
hijitos míos; pero mis hijos están equivocados: todo va a cambiar y los va a
sorprender de repente; todos estos eventos, que tristemente tenemos que
anunciarles, hijitos míos.
Hoy es el momento de
cambiar, de arrepentirse y pedirle perdón a mi amado Hijo Jesucristo. Él está
con los brazos abiertos, hijitos míos, esperando por ustedes, para que se
decidan a dar el sí. Y solamente el sí que los llevara directamente, hijitos míos,
de este mundo terrenal a la felicidad eterna junto a Él, junto al Padre, junto
a Mí, hijitos míos, dónde ya no habrá llanto ni dolor. ¡Todo será tan bello y
hermoso, en ese Paraíso que el Padre Celestial
ha creado para todos sus hijos! Es su herencia, hijitos míos. Es la promesa que
el Padre Celestial ha tenido desde el principio de la Creación, pequeñitos míos.
Por eso, es tan
importante, hijitos míos, que hagan un esfuerzo. Pero que no sea un esfuerzo
como un esfuerzo más; que sea un esfuerzo firme y decidido por acercarse a mi
Hijo Jesucristo, por estar en un estado de gracia constante.
Ya no es tiempo,
hijitos míos, de dudar. Ya no es tiempo de esperar. Es tiempo de confiar,
hijitos míos, en la voluntad del Padre Celestial y en mi amado Hijo Jesucristo;
que todo lo que Él va a permitir que
suceda, esta gran purificación que se acerca, es por el bien de todos ustedes,
hijitos míos.
Porque mi Hijo
necesita separar a los buenos de los malos, a las ovejas de los machos cabríos,
como dice en su Palabra, hijitos míos. Se ha llegado el tiempo ya de recoger la
cosecha, y mi Hijo está listo, hijitos míos.
Y mi Hijo ha dado ya la orden a sus ángeles, para que vayan ya marcando a
aquellos hijos que están con mi Hijo, y a los que no estén con Él, hijitos míos,
van a ser hechos a un lado.
Es por eso que, con
este gran amor de Madre que tengo por todos ustedes y por la humanidad entera,
es que les pido, si es necesario de rodillas, hijitos míos, “que se preparen
como nunca lo han hecho en su vida”. Ya no esperen a que sucedan las primeras
señales, hijitos míos. O a que se empiecen a cumplir las primeras profecías.
Todo vendrá de repente,
hijitos míos. Por eso es que aprovechen que mi Hijo me ha permitido en esta
noche, que yo —como Madre de la Salvación—, venga y me presente delante de ustedes, hijitos míos,
para darles ¡este mensaje urgente!, hijitos míos. ¡Es muy urgente!, hijitos míos.
¡Ya este es un mensaje urgente!, que les hago como la Madre de la humanidad,
para que platiquen cuanto antes con sus familias.
Si es necesario, hijos
míos, si tienen familiares que vivan lejos de aquí —que estén lejos de este
país tal vez—, tomen esos teléfonos, hijitos míos, y adviértanles de que se
acerca una gran purificación, y que ya no hay tiempo que perder, hijitos míos. Tienen
que tener el valor de hacerlo.
¡Cómo mi Hijo
Jesucristo los fortalecía, hijitos míos, para cuando salieran de este amado
grupo de oración de Jesús a la humanidad,
que mi hijo fue formando poco a poco y que le ha dado tanta alegría y consuelo
a su corazón traspasado, hijitos míos! Mi Hijo los fortalecía a todos y a cada
uno de ustedes para que ya no tuvieran dudas, ni temor en sus corazoncitos;
para que pudieran también llevar esta voz hacia sus familiares, a sus amigos.
Ahora sí, hijitos míos.
¡Ya no hay tiempo! El tiempo se ha terminado. Todo va a suceder de repente. Por
eso es que apelo urgentemente a ustedes; a que abran el corazón y preparen a
sus familiares, a sus amigos, a sus hermanos, a todo ser mortal con el que
pudieran cruzar una palabra, hijitos míos. Se deben preparar porque el mundo
está a punto de envolverse en una gran conflagración mundial.
Todo va a ser de
repente. Va a tomar a la mayor parte de la humanidad de sorpresa, y es entonces,
hijitos míos, que mi Hijo ha permitido que venga, como Madre de la Salvación, a
darles este último mensaje de urgencia; de que ya tienen que hacer las cosas
como se las ha pedido mi Hijo y como yo, hijitos míos, en mi humildad, vengo a
pedirles su ayuda, para que mi Hijo pueda tener compasión y misericordia de
todas las almas que van a perecer en esta purificación que se acerca ya como un
caballo galopando en el horizonte.
Todo va a ser de repente, hijitos míos. La guerra va
a estallar de un momento a otro. Y recuerden
cómo mi Hijo les dijo que es en medio de esa conflagración, que mi Hijo,
hijitos míos, —cuando todo se empiece a desestabilizar en el mundo entero— que
va a mandar la iluminación de la conciencia, pequeños míos. Por eso deben de
prepararse. Yo estaré también a un lado de mi Hijo, pidiendo e intercediendo
por cada uno de ustedes y sus familias completas.
No tiene nada de que
temer ni de qué preocuparse, hijitos míos. No debe de haber temor en sus
corazones; debe de haber una fe firme y decidida de creer en mi Hijo, que jamás
los abandonaría, no importa lo grande que sea esta conflagración, no importa lo
grande que sea el sufrimiento del ser
humano ¡Jamás los dejaremos solos! Tendrán nuestra bendición y nuestra
presencia más viva; como nunca antes la han sentido en su vida, tal vez, hijitos míos.
Por eso, discúlpenme
que insista tanto, pero es un llamado urgente. Vengo enviada por el Padre. En
esta ocasión me ha permitido que me manifieste, hijitos míos, para pedirles de
todo corazón que lo más importante ahorita es el bienestar y el estado en que
se encuentran sus almas y las almas del mundo entero. Es en lo que deben, ya
hijitos míos, de enfocarse.
Por favor, quiten de
su mente —en este momento—, y de sus planes, viajes, reuniones, fiestas… Eso ya
no importa, hijitos míos. Lo que importa ahorita es la salvación del alma,
hijitos míos. Yo sé que muchos de ustedes están listos para el despertar de
conciencias, pero hay muchos de mis hijos que no están preparados.
Es por eso que deben
de prepararlos ustedes. Que no les de vergüenza ni miedo. Mi Hijo los ha
fortalecido en el espíritu para que sean también portadores de esta voz. Y así,
hijitos míos, entre más personas sepan de lo que viene hacia el mundo, más
personas estarán preparadas.
Recuerden, hijitos míos,
que el que va a hacer la obra y el trabajo es mi Hijo. Ustedes solamente le van
a ayudar. Y qué alegría habrá en el Cielo, hijitos míos, por cada uno de mis
hijos a los que ustedes les proclamen la verdad. Que se empiecen a preguntar
por qué están recibiendo este tipo de información. Y es ahí donde mi amado Hijo
Jesucristo, con el poder del Espíritu Santo, su Santo Espíritu, obrará en esos
corazones, y les dejará esa pequeña luz en su interior, para que la gente empiece
a cambiar de actitud y de forma de vida si es necesario. Porque ellos sentirán también
en el corazón que algo se acerca,
hijitos míos.
El tiempo ha llegado
ya de los grandes cambios. Por eso les pido, hijitos míos, que lleven esta voz a sus demás
familias y a sus hermanos, a sus semejantes, a sus amigos; a todo aquel mortal
que conozcan.
Yo les dejo esta
bendición desde el Cielo, hijitos míos; mi bendición maternal y también la
bendición de mi Hijo, que con tanto amor les manda este momento. Y me pide mi Hijo
Jesucristo que les diga, hijitos míos, que los ama profundamente y que está
conmovido por la entrega que han tenido en esta tarde; porque han rezado con un corazón vivo, con un
corazón contrito. Y reciban mi bendición maternal y la de mi Hijo, en el nombre
del Padre, en el nombre del Hijo y en el nombre del Santo Espíritu. Amen”.
Todo aquel que conozca la verdadera naturaleza de la segunda venida sabe porqué este mensaje no es auténtico. La palabra no tiene ni tendrá contradicciones que este texto sí tiene. Amaos los unos a los otros y lo demás vendrá por añadidura.
ResponderEliminarEn cambio los mensajes de MDM cada vez me asombran más en su coincidencia con la palabra. Que Jesús nos ayude a distinguir la verdad con claridad para disipar toda duda y ser capaces de ayudar a los demás en todo lo que humildemente podamos.
Eliminarestas profecias son falsas y hereticas ya se sabe quien es mdm una publicista irlandesa totalmente falsa
ResponderEliminarObrigado (gracias) por tudo que se publica neste blog.
ResponderEliminarDeus (Dios) os abençoe a todos!
Aqui no Brasil, a Mãe Santíssima também tem aparecido e confirmado sua mensagem mundial de levar seus filhos (hijos) a Jesus Cristo. Também falou (habló) sobre o aviso e o milagre nas aparições (apariciones) de Jacareí, São Paulo.
ResponderEliminarD'Almeida.