Dos ejemplos de buen sentido

En los momentos de turbulencia, cuando no es fácil discernir los signos de los tiempos, es frecuente caer en los radicalismos: o blanco o negro. Las posturas se polarizan y los ánimos se encienden. Tampoco es fácil saber opinar con moderación y sin juzgar o criticar al que tiene un enfoque diferente al nuestro.

Por eso, nos han parecido especialmente valiosos dos artículos recién escritos en "Religión en Libertad", la conocida revista digital católica española. Los dos son ejemplo de moderación y buen sentido. Se exponen hechos concretos, con prudencia y sin juzgar o criticar, y se deja que el lector tome sus propias opciones. 

El primero es de José María Zavala, y se titula "La comunión de los divorciados". El autor comenta un artículo del periodista argentino Ceferino Reato que asegura algo asombroso: que el Papa Francisco permitiría comulgar a los divorciados, y que especialistas del Vaticano coinciden en que ese será el primer cambio significativo del nuevo Papa.

Para contextualizar su artículo, José María Zavala aporta un dato importante: en junio de 2012, un grupo de 140 sacerdotes firmaron un memorandum admitiendo públicamente que administraban la comunión a los divorciados con vida conyugal fuera del matrimonio. Ceferino Reato añade que muchos sacerdotes argentinos siguen la misma práctica que los suizos, "guiados por la misericordia".

El periodista argentino, además, cita a un colega suyo italiano que, en Corriere della Sera, dice que, después de Pascua el papa Francisco "tomará decisiones radicales [respecto a la comunión de los divorciados] porque ese es el mandato que recibió en el Cónclave".

En su artículo, José María Zavala nos ayuda a reflexionar sobre el peligro de que los grupos liberales en la Iglesia aprovechen el nuevo Pontificado para dar por hecho que, por fin, pronto se darán las reformas que tanto necesita la Iglesia: comunión de los divorciados, sacerdocio femenino, adaptación de la Iglesia al mundo moderno... Al final, Zavala nos invita a confiar en el Espíritu Santo. que asistirá al Papa y seguirá protegiendo a su Iglesia de todo lo que nos pueda apartar de la fe verdadera.     

El otro artículo es de Cesar Uribarri. Lleva por título: "Extrañas disonancias o cuando callaron los lobos". El mismo autor confiesa que no le fue fácil la redacción de este articulo. Le llevó tiempo lograr una redacción clara y, al mismo tiempo, serena y esperanzadora. Cosa nada fácil. 

Parte de dos hecho incuestionable: el Pontificado de Benedicto XVI estuvo lleno de lobos y, además, es patente que el nombramiento de su sucesor ha silenciado toda crítica. ¿Qué es lo que ha sucedido?      

Cesar Uribarri concluye que Bergoglio ha decidido seguir un camino distinto del de Ratzinger para evangelizar al mundo de hoy. Al parecer, en el Cónclave de 2005 representaban cada uno, para los cardenales electores, dos posiciones diversas. "Ratzinger era el candidato del ala “moderada-conservadora y conservadora” y Bergoglio el de la “moderada-progresista y progresista”". Por eso, "tras su nombramiento, el papa Francisco manifiesta sin ambages su nueva forma de entender la cátedra de Pedro. Hay una intención evidente de innovar. Y toda innovación supone ruptura con lo anterior".

En sus reflexiones, el autor llega inevitablemente a hacerse la siguiente pregunta: "¿influyeron los lobos en el nombramiento de Francisco?". Y, a continuación, intenta dar algunos indicios para que el lector llegue a su propia conclusión. 

Los dos artículos, el de Zavala y el de Uribarri, son claros y profundos, pero también prudentes y respetuosos. No tienen desperdicio. Dan material abundante para meditar con calma sobre la situación difícil en que vivimos, y abren horizontes para no ser ingenuos y, al mismo tiempo, acabar, después de leerlos, convencidos de que el Espíritu Santo es quien gobierna la Iglesia y que, finalmente, sabemos que estamos en buenas manos.