viernes, 18 de junio de 2021

Despertar nuestra fe

Conchita escribió en su diario: «El mayor acontecimiento de mi vida fue el 18 de junio de 1961, en San Sebastián». Fue la primera aparición que tuvieron las niñas de Garabandal. Vieron por primera vez al "Ángel", que luego les anunciaría la primera aparición de la Virgen, para el siguiente 2 de julio. Hoy se cumplen 60 años de ese acontecimiento y damos gracias a Dios, porque ha despertado nuestra fe a través de este gran don de Dios para la Iglesia y para el mundo.

Rembrand, La tormenta
en el mar de Galilea (1633)
 

La escena que narra San Marcos en el evangelio del próximo domingo, XII durante el año, tiene lugar al atardecer (cfr. Mc 4, 35-41). También la relatan los evangelios de Mateo y Lucas. Jesús había estado en Cafarnaúm predicando alguna de sus parábolas a una gran muchedumbre. El Señor pide a sus discípulos que se dirijan a la otra orilla del Lago, a la tierra de Gerasa, donde tendrá lugar la expulsión de los demonios de un pobre infeliz, y su envío a los dos mil cerdos que se precipitan en el mar.

Después de un duro día de trabajo (quizá el mismo en que curó a la suegra de Pedro; un sábado en el que había asistido a la sinagoga y, por la tarde, había puesto sus manos sobre muchos para curarlos…; cfr. Mt 8, 23-27), Jesús está cansado y, al poco tiempo de embarcarse, se queda dormido en la popa de la barca, sobre un cabezal.

Pero, de manera inesperada para los apóstoles, algunos de los cuales eran expertos marineros en aquel Lago, se levanta una tempestad con viento fuerte y olas que comienzan a llenar la barca de agua, con peligro de hundirse. 

San Agustín, comentando este pasaje, pone en relación el sueño de Jesús con el adormecimiento de la fe de los apóstoles, y de la nuestra. 

«Cristiano, en tu nave duerme Cristo: despiértalo; dará orden a las tempestades para que todo recobre la calma. (…). Por eso fluctúas: porque Cristo está dormido, es decir, no logras vencer aquellos deseos que se levantan con el soplo de los que persuaden al mal, porque tu fe está dormida. ¿Qué significa que tu fe está dormida? Que te olvidaste de ella. ¿Qué es despertar a Cristo? Despertar la fe, recordar lo que has creído. Haz memoria pues de tu fe, despierta a Cristo. Tu misma fe dará órdenes a las olas que te turban y a los vientos de quienes te persuaden al mal y al instante desaparecerán» (S. Agustín, Sermones 361,7).

Cristo increpa al viento y al mar, y sobreviene una gran calma tranquilitas magna»). Si Cristo está despierto en nuestra alma, todo es calma. Pero, ¡qué poca calma hay en nuestro mundo!; ¡cuántas fluctuaciones, dudas, confusiones que perturban las almas!  

Es necesario despertar nuestra fe, recordar lo que hemos creído. Muchas veces eso es lo que hace falta: hacer memoria, repasar lo que ha sido fundamento de nuestra vida, lo que proporciona la seguridad y la calma en esta noche de tormenta que vivimos.

La memoria de nuestra fe está en el viejo Catecismo (que no es tan viejo porque se publicó en 1992). Así hacemos que Cristo esté despierto en nuestra vida y en la de que quienes nos rodean. Es una magnifica lectura espiritual. Leer y releer cada uno de los puntos del Catecismo nos encenderá la fe, mantendrá a Cristo despierto en nuestra alma y crecerá la tranquilidad y la paz de nuestra vida. 

María, nuestra Madre, es vida, dulzura y esperanza nuestra, porque se encarga de que Cristo siempre este despierto en cada uno.  


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