El 13 de mayo de 2013 tuvo lugar la presentación, en Madrid, del libro "Madre de Dios y Madre nuestra", un estudio de divulgación sobre tres apariciones de la Virgen en el siglo XX: Fátima, Ámsterdam y Garabandal. Pueblo de María ha publicado en su web un vídeo que merece la pena ver completo (ver vídeo).
La fotografía que aparece a continuación la tomamos en Garabandal, en el verano de 1962. Son, de izquierda a derecha: Jacinta, Mari Loli, Mari Cruz y Conchita.
La fotografía que aparece a continuación la tomamos en Garabandal, en el verano de 1962. Son, de izquierda a derecha: Jacinta, Mari Loli, Mari Cruz y Conchita.
En un poco más de una hora, se pueden escuchar las intervenciones de los cuatro ponentes que elogian el gran trabajo que se ha hecho y la necesidad de leer esta obra que cobra una importancia fundamental en nuestro tiempo. Se trata de Javier Paredes, Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Alcalá y autor del prólogo; Santiago Lanús, autor del libro; Juan Manuel de Prada, escritor colaborador del Diario ABC y ganador del Premio Planeta; y la Madre María Nieves García, Concepcionista Misionera de la Enseñanza.
Para facilitar a nuestros lectores la asimilación de lo que se dijo en el Gran Hotel Velázquez, de Madrid, aquel 13 de mayo, ofrecemos a continuación una reseña de lo que nos parece más destacado de las cuatro intervenciones, deteniéndonos especialmente en la de la Madre Nieves.
En primer lugar tomó la palabra el Dr. Javier Paredes. Al comenzar sus clases de historia, cada año, repite a sus alumnos dos ideas fundamentales, en las cuales se resumen todos los temas de la clase: "las cosas son lo que son" y "la historia es la historia de nuestra libertad". Lo que quiere decir con la primera frase es que, ante todo no podemos engañarnos: ni ser pesimistas, ni optimistas a ultranza. Es verdad que, como decía Pablo VI, "el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia". Sin embargo, también es verdad que la Virgen nos ama y desea nuestro bien. Por eso se nos aparece tan continuamente, porque es nuestro único remedio. Y tenemos la libertad de acoger sus palabras y ponernos en sus brazos.
Después, Santiago Lanús, cuenta con sencillez cómo conoció las apariciones de Garabandal y se ha dedicado a difundirlas por todo el mundo. Un hito importante de este camino fue la conversación que sostuvo con un humilde pastor de Garabandal que, durante una hora, le contó lo que él había vivido directamente en los años de las apariciones (1961-1965) y cómo había influido todo ello en su vida. Hay un "Garabandal físico", pero también un "Garabandal espiritual", que son las millones de personas que se han visto tocadas por Nuestra Señora a través de estas apariciones. Por otra parte, Garabandal no es una aparición que está terminada. Viene la parte más gloriosa. El Aviso y el Milagro son dos ayudas del Cielo para cambiar el rumbo de la humanidad. Garabandal es una gran esperanza para la humanidad.
Juan Manuel de Prada intervino en tercer lugar. Alabó el libro "Madre de Dios y Madre nuestra" como un trabajo divulgativo de primera magnitud. Comentó que su relación con el mundo de las apariciones marianas ha sido hasta ahora razonablemente distante. Sobre las apariciones de Fátima, de las que le hablaba mucho su abuela, ha leído mucho, con gran curiosidad y también con gran respeto y devoción. Sobre las apariciones de Ámsterdam no conocía nada. Y sobre Garabandal, no había tenido noticia hasta que, hace tres años leyó el libro “La sonrisa de la Virgen”. El actual libro que se presenta, dice Juan Manuel de Prada, está escrito desde la firme creencia en las apariciones, pero sin perder la ecuanimidad. Fátima marca de forma indeleble los mensajes que la Virgen va a dar en todos los lugares donde se manifiesta. La Virgen siempre pide lo mismo: penitencia, conversión, volver a poner la Eucaristía en el centro; y también alerta sobre ciertas relajaciones por parte de los pastores de la Iglesia. Hay que reconocer que, con el paso de los años, la mortificación, la oración, el rezo del Rosario, el amor a la Eucaristía, se han ido desdibujando. Al final de su intervención concluye afirmando que "Madre de Dios y Madre nuestra" se trata de un libro que todos deben leer. De él se puede sacar mucha luz, mucha reflexión y, además, puede ser una manera de rezar a la Virgen.
La siguiente imagen es el reverso de la fotografía de más arriba, con las firmas de las cuatro niñas. La de "Jacinta González González, 13 años", escrita en color verde, no se aprecia bien. La de Mari Loli está en azul y las de Conchita y Mari Cruz, en rojo. Es una reliquia que conservamos con mucho cariño.
La cuarta intervención fue de la Madre Nieves García, formadora y confidente espiritual de Conchita de Garabandal durante un años, de manera más intensa, y luego durante toda su vida, pues sigue teniendo una amistad entrañable con ella. La Madre María Nieves fue directora del colegio en el que Conchita estuvo un año de interna, en Burgos.
La Madre María Nieves contó muchas anécdotas de su relación con Conchita, que pretenden dar cuenta de porqué ella cree que las apariciones de Garabandal son auténticas. Tres son los motivos principales para haber llegado a esa conclusión: 1) la normalidad y calidad humana y espiritual de Conchita, 2) los testimonios que ha recibido la Madre Nieves de numerosas personas de gran sabiduría y respeto y 3) la comprobación del origen sobrenatural de los hechos que tuvieron lugar en Garabandal.
En primer lugar recordó cómo desde el principio se decidió que Conchita utilizara otro nombre, en el colegio, pues era preferible que pasara oculta, para no inquietar a las alumnas y a sus familias. Durante ese todos la llamaban "María". Nadie conocía en el colegio quién era en verdad. Durante su estancia en esa institución mantuvo la discreción de manera total. Esto llama mucho la atención —dice la Madre Nieves— teniendo en cuenta que era una adolescente. Toda su vida la Madre Nieves ha sido profesora de adolescentes y las conoce muy bien. A Conchita la conoció profundamente. Hasta ahora ha tenido amistad y trato con ella. Todas las tardes, una hora y pico, Conchita iba, libremente, a hablar con su profesora. Iba con muchas ganas de estar y de hablar. Ya habían terminado las apariciones (en 1965). Era la época en que se había dicho que eran cosa del demonio. Por eso, es lógico que Conchita llegara al colegio dolida y con dudas. Conchita le contaba cosas. La Madre Nieves comenta que siempre la respetó.
En cierta ocasión, la Madre Nieves acudió a don Joaquín María Alonso —claretiano, que tenía el encargo de la autoridad eclesiástica para hablar con Lucía, la vidente de Fátima—, para consultarle cómo debía tratar a Conchita. "Coja una agenda —le dijo— y todo lo que hable con esta niña lo apunta. Aunque pasen cien años que no se rompa nada". Por eso, la Madre Nieves decidió conservar todo en un archivo personal en el que tiene cartas originales, escritas por personas instruidas. Y también escribió un diario.
La primera razón por la que la Madre Nieves cree en Garabandal es Conchita misma: una adolescente, inculta, en aquella época, atacada, que mucha veces había estado en éxtasis hasta siete horas seguidas, mientras le echaban colilla en los ojos. "La voy a calificar —dice la Madre Nieves—: una niña con mucha personalidad, caritativa (nunca se quejaba de nadie), humilde ('hay que ver cómo soy Señor —decía Conchita—, me gusta leer las revistas, me gusta arreglarme la cara')..., su hondura, su búsqueda de la voluntad de Dios. Todo esto no se puede concebir en una niña adolescente". Durante el año en que estuvo interna lo que era. La Madre Nieves pidió a cuatro alumnas discretas que la acompañaran de paseo, de vez en cuando. Dos de ellas son ahora religiosas concepcionistas, y una, que vive en África, ha dicho que debe su vocación a Conchita de Garabandal.
Segunda realidad para conocer a Garabandal: los testimonios. El Padre Eusebio García de Pesquera, claretiano escribió un libro, claro, objetivo y detallado. Se enteró que la Madre Nieves tenía el Diario de Conchita y, sin decirle nada, publico algo de lo que ella escribía. Otro testimonio: Fr. Materne Laffineur, sacerdote belga viviendo en Francia, que también escribió sobre Garabandal. La madre Nieves habló varias veces con el P. Ramón María Andreu para pedir consejo de cómo ayudar a Conchita. "Usted no tiene que preguntarme nada —le contestó—, haga lo que crea conveniente consultando con Dios". Del P. Lucio Rodríguez tiene cerca de 50 cartas y también tiene testimonios del P. Manuel García Nieto, confesor de Conchita cuando salió del colegio y actualmente en proceso de beatificación.
La Madre Nieves dice que tiene 23 carpetas grandes y gruesas en su archivo personal sobre Garabandal. Dice que seguramente Dios la escogió para esta tarea porque es conservadora, que no tiene que ver nada con la política —dice ella— sino porque conserva todo, desde el primer telegrama que le llegó anunciando que Conchita llegaba al colegio de Burgos.
El Dr. Ricardo Pucernau, psiquiatra notable, catalán, hizo un estudio de psiquiatría de lo que les pasó a las niñas. Y sacó una conclusión: "no he conocido en mi vida niñas tan sencillas y normales como estas". Una vez quiso hipnotizar a Conchita. De cada cosa que decía Pucernau —comenta la Madre Nieves— se tronchaba de risa Conchita. Estaba claro que el Dr. no tenía ningún poder de sugestión sobre ella.
Por último, la Madre Nieves presenta dos testigos excepcionales: el Padre Pío y la Madre Teresa de Calcuta, que fue amiga grande de Conchita de Garabandal. Cuando le pidieron a Conchita una entrevista, fue con la Madre Teresa a preguntarle: ¿qué hago? "Lo primero, —le dijo la Madre Teresa— hablar con el obispo, que te dé permiso". "Además, le aconsejó: si todos hablan de todo, por qué no se va hablar de lo que vale la pena" (refiriéndose a las apariciones de Garabandal).
El tercer motivo por el que la Madre Nieves cree en Garabandal son las apariciones en sí mismas. La Virgen se presenta como Madre, que juega con ellas, que ríe con ellas, que entiende lo que ellas le dicen. Sólo les dio dos mensajes. En el primero: ser buenos, hacer penitencia, amar a la Eucaristía. El segundo mensaje fue el que se refería a los obispos, sacerdotes y cardenales. Según la Madre Nieves, este mensaje fue lo que motivó cierta reacción negativa de la jerarquía. Algunos no entendían. Decía que no se parecía a Fátima por las cosas aparentemente extrañas que hacían las niñas (corrían, bajaba subían…).
En una ocasión en la que la Madre Nieves visitó Garabandal se encontró con una chica rezando Los Pinos. Era prima de Conchita. La Madre Nieves le preguntó si creía en las apariciones. La chica se acercó al borde de Los Pinos y le dijo: "las he visto bajar de espaldas y sin rozar el suelo". Hay muchos testigos que las vieron en éxtasis sin dormir, a las 4 am. Horas y horas. Contemplaron su preciosísimo semblante de alegría. Escucharon la ternura de sus voces cuando se iba la Virgen y ellas le decían: "No te vaigas, no te vaigas….".
Una vez les dieron unos cilicios para ponérselos la cintura: "hay que sufrir por amor de Dios". En una aparición le dijeron a la Virgen: "llevamos unos cilicios; nos lo hemos puesto en la cintura, pero flojito, para que no nos haga daño". Y Nuestra Madre les respondió: “Lo que yo pido de vosotras es la fidelidad en la vida ordinaria”. María preguntaba a las niñas por sus hijos e hijas, llena de dulzura maternal, de acercamiento al hombre tal como es.
Al final de su intervención, la Madre Nieves contó una anécdota que escucho a la madre de Conchita, que tenía 39 grados de fiebre y la tuvo que llevar a ver a un médico en Santander. Cuando regresaron a Garabandal, Conchita sintió la "segunda llamada" y una alegría interior muy fuerte. La Virgen anunciaba que se le iba a parecer. Estaba nevando. "Madre, vamos a Los Pinos", dijo Conchita. "Subí sola con ella, explica su madre. Conchita cayó con éxtasis en Los Pinos. La nieve iba cayendo y la iba cubriendo. Yo como madre empecé a quitar la nieve. Si es la Virgen esperaremos". Al terminar el éxtasis dice Conchita a su Madre: "No nos vamos ahora mismo, vamos a rezar una estación"; y de rodillas rezaron ahí. Conclusión de la Madre Nieves: "Si esto os parece una tontería, a mí no me lo parece".
Al final del evento, un sacerdote rezó una oración y dijo: "La Virgen de Garabandal es la que prepara los tiempos nuevos. Santa María del Carmen de Garabandal. Ruega por nosotros".
Esta fotografia de las niñas en La Calleja, ciñéndose las faldas y firmándola por detrás, podría responder al cuidadoso celo del Padre Jose Ramon Garcia de la Riva y a la generosidad para con su archivo fotográfico ¡Pobre Padre Jose Ramon! todavía sigue buscando su importantísimo archivo que un buen dia el doctor Sanjuan Nadal se llevó a Barcelona con la intención manifiesta de clasificárselo todo, pero del que nunca más se volvió a saber. Aunque D. Ramon lo busca todavía hoy como el primer dia, y lo seguirá haciendo mientras viva.
ResponderEliminar(Gracias a Uds por reverdecer dia tras dia Garabandal)