Mañana termina el Tiempo de Navidad y comienza el Tiempo
Ordinario. El Primer Domingo está dedicado, este año, a conmemorar
el Bautismo del Señor en el Jordán.
Después
de haber meditado en los días pasados sobre el Misterio del Nacimiento del Hijo
de Dios y su Vida de infancia, a partir
de ahora nos disponemos a reflexionar sobre su Vida pública, que comienza
precisamente cuando Jesús, junto con muchos habitantes de toda Palestina, van a
escuchar a Juan Bautista y a recibir su bautismo de penitencia.
Jesús, como uno más, se pone en la “cola de
los pecadores” (cfr. Benedicto XVI). Se “hace pecado” por nosotros y Él,
que no tiene pecado, quiere hacer penitencia recibiendo también el bautismo de
Juan.
En el Jordán, Juan es testigo de la teofanía
que revela la identidad y misión de Jesucristo: la Voz del Padre y la
Presencia del Espíritu en forma de paloma. Juan luego dará testimonio a sus
discípulos de lo que ha visto al abrirse
el cielo y posarse el Espíritu sobre Jesús.
Jesús se sumerge en las aguas del Jordán
que son para Él como un sepulcro (así se representa este suceso en la
pintura antigua). Ahí toma sobre sí todo el pecado del mundo y comienza su “subida
a Jerusalén” hasta el momento supremo de la Cruz.
Pero,
antes, el Señor es llevado por el Espíritu
al desierto y permite que Satanás lo tiente durante 40 días y 40 noches. Lo
hace para mostrarnos cómo vencer el mal: con oración y ayuno, que son
manifestación de la profunda humildad de Jesús y de su completo abandono en las
manos de su Padre.
Para
comprender mejor el Misterio que hoy celebramos (1° misterio luminoso del Santo
Rosario), nos parece que puede ayudarnos continuar
leyendo y meditando nuevos párrafos del mensaje de recibió Marga el 22 de
septiembre de 2015 (cfr. página de la Verdadera Devoción al Corazón de Jesús:
www.vdcj.org). Es Jesús quien le habla.
Es
nuestro lo que está entre paréntesis cuadrados [] y negritas. Las palabras de Marga van en cursivas. Lo demás es de Jesús.
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Mensaje del
22-09-2015 (parte de él)
Jesús:
Eres
importante y se estudiará tu Obra, pero no tu Obra por ti. Es la Obra del Corazón de Jesús en ti.
Tú no
debes engreírte. Simplemente, ser consciente de todo lo que el Corazón de Jesús
quiera hacer en ti. No por tus méritos, sino por los de Él y los de una Virgen asociada a Él.
Sí.
Aquí estoy.
Y puesto
que aquí estás, ven. Ven ahora por este otro lado.
(Jesús, como caminando conmigo, se hizo a un
lado, me llevó con Él. Que le siguiera. Es como una conversación del Maestro
con el discípulo, paseando)
Habéis
oído que los amos de este mundo tiranizan a sus discípulos. No así entre
vosotros: el que quiera ser el primero entre vosotros, sea vuestro servidor (Nota 300: Cfr. Mt 20, 25s).
Lluvia.
Cae la lluvia sobre esta tierra tan reseca. Llueve el Espíritu Santo. Es lo que hará renacer mi Iglesia. Mi Iglesia, en esta época de la Historia,
no puede revivir sin los Carismas Extraordinarios. Son necesarios a todo
Grupo y a toda Orden, para revitalizarlos. Muchos están muertos. Para hacerlos
revivir.
[Como veíamos
en el post pasado, el Espíritu Santo
dirige a la Iglesia a través de la Jerarquía (los Pastores) y de los Carismas (las gracias
especiales que concede a algunos fieles —muchos de ellos hombres y mujeres, que
son santos— para bien de toda la Iglesia. Esas gracias muchas veces son dones
extraordinarios, en el sentido de que van más allá de los cauces ordinarios de
la gracia: los Sacramentos, la Palabra de Dios, la acción del Espíritu que
santifica a la Iglesia]
La
Iglesia, los Movimientos, los Grupos, las Asociaciones, no podrán revitalizarse sin estos Carismas Extraordinarios. Es por
eso que Yo los doy, aquí y allí. Es por eso que Yo me prolifero en mi Espíritu
Santo y me dono y me regalo a mi Iglesia, mi Esposa preferida, mi Única Esposa.
La Preferida entre todas, por eso mi Única. No tengo otra.
(Lo dice porque aquí pensé que decir: «la
preferida» implicaba que tenía otras esposas, y parecía poligamia. Pero debe
ser una manera de hablar hebrea. Ah, es verdad. En la Biblia vemos: «Mi
Predilecto, mi Único Hijo» para referirse a Jesús, ¿no?)
Jesús, ¡cómo haremos esto!
(Veo que esta es la manera que El elige, y
que se rechaza en la Iglesia. Veo la dificultad en aceptar esto por la mayoría,
y que es el camino que hay que tomar).
Ahora la
Iglesia dejará el Camino de la
«normalidad» y, «por vías normales», no se predicará nada. No se avanzará,
no se comunicará nada al pueblo. Todo se
volverá extraordinario, porque extraordinaria deberá ser vuestra manera de
responder. Se os pedirá la heroicidad.
[En
cierta manera, se puede decir que el Espíritu
Santo nunca deja el camino de la “normalidad” porque siempre actúa en cada
alma con sus dones “ordinarios”. Parece que lo que quiere decir Jesús es que estamos en “tiempos extraordinarios” y
que, por eso, se necesitan ahora dones extraordinarios y una respuesta “extraordinaria”,
heroica, de nuestra parte]
Ahora, el
que quiera permanecer en mi Casa y no ser expulsado de ella, tendrá que ser un héroe. Un héroe al
que se pedirán las más excelsas proezas. Allá donde él sea capaz por su
naturaleza y por los dones otorgados.
[Realmente,
los santos siempre han sido “héroes”,
en el sentido de responder generosamente a la acción de Dios, cada uno según
los dones recibidos, ordinarios o extraordinarios]
Los Tiempos van a ser duros en cuanto
económico, en cuanto a lo físico, en cuanto a lo intelectual, en cuanto a lo
afectivo y lo moral, y en cuanto a lo religioso. Habrá mucha confusión.
Los
«normales», los que se queden con la
normalidad, se irán detrás de lo que van a hacer como «normal» en mi
Iglesia, que es ir en contra de la Tradición y la moralidad de siempre.
[Aquí,
Jesús, utiliza la palabra “normalidad” en
sentido peyorativo: la normalidad de los tibios, de los que no luchan y se
quedan cómodamente instalados en una vida gris, sin responder a lo
extraordinario de la situación en que vivimos]
Pero esto
lo van a hacer de una manera muy
sibilina. No os vais a dar cuenta de que esto va a ser así. Seguirlo os
parecerá «de lo más normal».
[El discípulo
de Cristo, en estos tiempos, no puede
vivir según lo “políticamente correcto”. Eso es lo que pedirán los de la
Falsa Iglesia y muchos se dejarán engañar por ese estilo de vida “normal”]
¿Crees,
hija, que Yo os iba a hacer entrar en una
época así tan dura y tan difícil como ésta sin daros las armas? No sería
Justo, no sería Dios. Recibiréis estas
armas de Mí y fructificaréis en ellas. Los que lo hagáis, resistiréis.
En esta
época tan dura de sequía los campos se agostarían y la semilla echada a perder
si Yo no enviara la lluvia del Espíritu,
que lo hace, pero no por los cauces
«legales», los de la legalidad. Mi Espíritu penetra y os irrumpe allá donde
no os esperáis. Y para reconocerle hace
falta estar muy centrado en Mí y a mi disposición.
[A veces,
los “cauces legales” pueden estar un poco, o bastante, obstruidos. Los
Sacramentos y la Palabra de Dios son siempre manantiales cristalinos y puros en
los que beber. Los pastores de la Iglesia, en cambio, son cauce de los planes
de Dios pero contienen un elemento humano que puede ser un obstáculo a la
gracia. Parece que a eso se refiere el Señor]
Tengo que
deciros, hijos míos, que a veces lo capta más alguien que no es de mi Casa, que
vosotros. A veces lo capta más alguien de afuera.
Sólo por esto se revivirá la Iglesia, por
esta lluvia del Espíritu.
Por eso,
tan importante que dediquéis todos vuestros esfuerzos a cuanto más podáis distribuir la Obra, mejor. Y a que sea traducida
a otros idiomas. Y a que se lleve a
otros países. Sí, a México. A todas partes. Id, id en viaje apostólico
difundiéndola.
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