En este post recogemos algunos datos que nos ayuden a encuadrar geográficamente el pueblo y la región en la que tuvieron lugar, de 1961 a 1965, las apariciones marianas de Garabandal.
Transcribimos algunos párrafos del resumen que hace Antonio Yagüe en su libro Garabandal 50 años después, Editorial Arca de la Alianza, Badajoz 2010 (cfr. pp. 24 a 33). Se puede adquirir la versión digital de este libro en Garabandal - mensajes y estudios.
"San Sebastián de Garabandal es un pequeño pueblecito del norte de España, a tan solo 22 km del mar, situado en la región de Cantabria, entre montañas a una altura de 483 metros que en el año 2004 contaba con 103 habitantes censados. Sus poco más de cincuenta casas tienen inscripciones de finales del siglo XVIII. Está enclavado en la cuenca hidrográfica del río Nansa en la sub-cuenca del río Vendal. La etimología del lugar ha sido objeto de numerosas teorías. De todas ellas parece más acertada la que resulta de la composición de las palabras gara/kara que significa “cima” en vasco y vendal procedente del nombre de la subcuenca fluvial a la que pertenece, toponímico más antiguo relativo al pueblo vándalo que habitó en la región. En resumen la unión significaría “elevación sobre el río Vendal”.
El nombre completo del pueblo es San Sebastián de Garabandal. San Sebastián fue un militar romano a finales del siglo III que alcanzó la máxima graduación y mantuvo por ello relación cercana con el emperador Diocleciano que desencadenó la última persecución contra los cristianos del Imperio Romano. Desde su posición, convirtió a muchos paganos y ocultamente sostenía espiritualmente a los condenados a sufrir el martirio.
Finalmente fue descubierto y martirizado dos veces pues la primera, una vez asaeteado, fue erróneamente dado por muerto. Una vez que sanó de sus heridas, desatendió los consejos de huir y de nuevo volvió a dar testimonio de su fe, ante el asombro del emperador, que mandó apalearle hasta la muerte en el año 288. Su devoción se extendió con el cristianismo hasta el punto de que muchas ciudades en España llevan su nombre y multitud de iglesias han dedicado un altar al santo. En Portugal además su nombre quedó para siempre unido a los valores más nobles de la realeza, pues el rey D. Sebastián marcó un hito indeleble en su historia. El ejemplo de la vida de este santo queda ligado a la etimología del lugar y con ello hace pensar que está insertado en el sentido profundo de los hechos que allí ocurrieron.
La geografía tiene con frecuencia asociado un significado espiritual, caracterizado por el conjunto de hechos históricos que han sucedido en cada lugar. Esto ocurre tanto desde el punto de vista de la pura morfología natural como del nombre toponímico. La Sagrada Escritura, utiliza con frecuencia accidentes geográficos y nombres de lugares con un sentido simbólico.
Así las montañas suelen asociarse a lugares de elevación del espíritu, los ríos y los valles fértiles a la fecundidad de la vida espiritual, las cañadas en los valles o los desiertos a épocas de dificultades en la vida de los hombres, etc. También si hablamos de nombres de regiones, la tierra prometida tiene un simbolismo de alianza entre Dios y el hombre. Ciudades como Babilonia, Gomorra o Nínive son símbolo de lugares asociados a pecado o conversión interior y si habla de Jerusalén o Roma indica ciudades santas. Incluso hay lugares cuya posición geográfica desconocemos, que tienen un preciso significado espiritual como el jardín del Edén, el paraíso, o el infierno. Esto sigue ocurriendo en nuestra cultura actual cuando hablamos del Camino de Santiago e inmediatamente lo asociamos a la acción de peregrinar a la tumba del apóstol, más que a una ruta geográfica concreta.
De acuerdo con éste principio, Garabandal está enclavado en una vieja nación cristiana del continente europeo que, aunque en los últimos siglos no había tenido apariciones marianas de mensaje universal como Guadalupe, la Medalla Milagrosa, La Salette, Lourdes o Fátima, si tiene una larga historia de manifestaciones de la Virgen que comienzan en el siglo I en el Pilar de Zaragoza ante el propio apóstol Santiago y continúan a lo largo de los siglos, dejando una siembra de centenares de santuarios, monasterios, iglesias y ermitas dedicadas a honrarla y venerarla en toda la geografía de modo que la devoción a María está íntimamente ligada a la geografía e historia de España. Que la Virgen se apareciera en el norte de España no era histórica ni geográficamente novedoso. En aquella región, algunas de las apariciones marianas de mayor renombre son Covadonga (722), la Bien Aparecida (1605) o Ezquioga (1931)".
"(...) Cuando la Península Ibérica fue invadida por los musulmanes a principios del siglo VIII, la región cántabra, en la que se enclava la pequeña aldea, junto con la asturiana de los Picos de Europa fueron los últimos refugios de los cristianos. A unos 30 kilómetros de Garabandal se encuentra el Monasterio de Santo Toribio de Liébana al que el Obispo de Astorga envió por entonces la reliquia del Lignum Crucis que es el mayor trozo que queda de la Santa Cruz.
Hacia el año 770 vivía allí San Beato de Liébana, un monje realmente sabio cuya predicación sobresalía en tres aspectos. El primero contra la herejía donatista, que rebajaba a Jesucristo a mero hijo adoptivo de Dios. Este error encajaba muy bien con la visión de los invasores islámicos y a ella se acogió el Arzobispo de Toledo y otros cristianos que quedaron en las regiones ocupadas por musulmanes.
En segundo lugar San Beato realizó importantes recopilaciones de comentarios de los Padres sobre el Apocalipsis y los reflejó en bellos códices miniados, modelo de un nuevo arte simbólico que se extendió pronto por toda Europa y hoy es admirado en todo el mundo con el nombre genérico de beatos. De este modo el entorno geográfico elegido por la Virgen, pone sus manifestaciones en relación con el Apocalipsis, como anteriormente lo había hecho de modo más notorio en el caso de Guadalupe en México.
Por último el santo promovió la devoción al Apóstol Santiago reviviendo la tradición de su presencia evangelizadora en las tierras de España. Pocos años después (813), aparecía milagrosamente en Galicia el sepulcro del Apóstol. Cuando dos siglos más tarde comenzó la tradición de peregrinar a Compostela, por Cantabria, a pocos kilómetros del sepulcro de San Beato pasaba el camino más antiguo hacia Santiago. Fruto de la devoción al Apóstol predicada por San Beato, Santiago es hoy el patrón de España pero más específicamente de Santander, la capital de Cantabria".
"(...). Muy cerca de Garabandal se encuentra también Comillas, en la costa Cantábrica. Allí se fundó a principios en 1892 un Seminario Pontificio por los Jesuitas que alcanzó en 1904 el rango de Universidad Pontificia y en 1969 trasladó sus Facultades a Madrid. En aquel lugar se formaron más de 1400 sacerdotes, principalmente jesuitas, de los que 61 fueron martirizados durante la guerra civil española. Hasta 1990 se sabe que de sus aulas salieron al menos 63 obispos. España tiene 69 diócesis que en la actualidad están regidas por 78 obispos titulares, auxiliares y cardenales, por lo que bien puede decirse que de Comillas salió más del 20% del episcopado español de la segunda mitad del siglo XX. En Garabandal el último mensaje solemne hablaba de sacerdotes. La Virgen se hizo presente muy cerca de uno de los lugares más importantes de España para su formación, quizás para que llegara a ellos su maternal admonición".
"(...). En el momento de las apariciones, España es un país cargado de historia pero pobre comparado con el resto de Europa, por no haber tenido ayudas internacionales para superar la destrucción de la guerra civil. Para llegar a la población de Garabandal sólo había un camino de tierra de 5 kilómetros desde Cosío, con difíciles cuestas para superar por los coches de entonces. Era habitual el uso de cabalgaduras en el transporte y en las faenas del campo. En la zona aunque hay luz eléctrica en las casas, las calles aún no tienen iluminación. El teléfono tampoco llega pues es un servicio caro, escaso y reservado a cosas urgentes o imprescindibles.
La televisión comenzaba a emitir en aquellos años y aún no llegaba a aquel lugar. Los transistores eran el medio de conocer lo que ocurría en el mundo.
Una parte de las apariciones ocurrieron en un lugar con nueve pinos, a unos 200 metros ladera arriba del pueblo, que destacan en medio del pastizal. Para subir hasta allí el camino es estrecho, empinado y lleno de piedras sueltas que producen constantes tropiezos. Sin embargo hasta allí subieron no sólo las niñas, sino docenas de personas con bastante frecuencia, de día o de noche, con sol, lluvia o nieve. En resumen, parece que el Cielo escogió para estas apariciones un lugar geográficamente apartado, difícil de acceder, materialmente pobre pero dentro de una región rica en historia y especialmente importante para los acontecimientos del futuro inmediato de España y del mundo, tanto desde el punto de vista político como espiritual. Siguiendo el comentario ya mencionado de Pablo VI, se puede decir que Garabandal tiene cierta semejanza histórica con Nazaret de Galilea, apartada y oculta, pero a la vez situada dentro de una nación elegida y en un momento clave de la historia de los hombres".
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