jueves, 25 de julio de 2013

La Última Revelación para esta Hora

El 18 de julio de 2008, —aniversario del día en que Conchita de Garabandal recibió la Sagrada Comunión del Arcángel San Miguel—, Jesús daba a Marga el último mensaje contenido en el Tomo Rojo ("La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús"; cfr. sitio web oficial).


Hoy, fiesta de Santiago Apóstol, lo transcribimos en este blog. "El 25 de julio de 1962 día de su fiesta, cerca de medianoche, el Apóstol quiso manifestarse cabalgando por unos minutos por el cielo nocturno de Garabandal, para mostrar su particular implicación con el mensaje que el Cielo enviaba. La imagen de Santiago sobre un caballo blanco es la expresión de una larga historia de protección visible en las batallas que los cristianos han librado para mantener la fe en la tierra que él había evangelizado, contra distintos enemigos" (Antonio Yagüe, Garabandal, 50 años después, Ed. Arca de la Alianza, 2010, pp. 28-29).


Mensaje del 18 de julio de 2008


Jesús: 

     ¿Sabes lo que es la «apoteosis final» de mi Devoción?: La «Apoteosis final» es María
     Es la explicación de cómo vivió y vive Ella mi Devoción, y el Amor que, por su medio, Yo extiendo en el mundo. 
     La Devoción al Corazón de María es la manifestación de su amor por vosotros, los hombres, su amor por Mí y su extensión por el orbe. También es la manera de volver los hombres hacia Mí. 
     Ella es el ejemplo de lo que debéis hacer. Es el ejemplo de lo que los hombres deben hacer para amarme. Y amarme bien. Perfectamente. Miraos en Ella para saber amarme. En ese Corazón desprovisto de Sí misma y lleno del Amor de Dios. Es ese Corazón de Blancura Virginal. 
     Es el Corazón donde nadie ha puesto jamás una mancha: Inmaculada. Corazón Inmaculado de María... meditad muy a menudo en Él y contemplad lo que eso significa. 
     Es el Corazón por el que Yo vine al mundo. Por el que mereció la pena hacer la Redención. El Corazón que, aunque fuera por Él solo, habría servido mi Sacrificio. 
     ¡Oh, Corazón de la Madre de todos los hombres, Madre de la humanidad! Corazón de la Madre de Dios, de la Esposa del Espíritu Santo. 
     La Madre de todos los hombres. Por Ella vinisteis a la vida
     Por Ella, porque me llamaba, vine a la tierra. Por Ella, porque me lo pide, volveré para Reinar. Que sepáis que había sido determinado por mi Padre Dios una destrucción muy grande de la humanidad y que hubiera tenido lugar antes. Pero por Ella no será así. Ella ha retrasado el Tiempo. Es quien detiene mi Mano sobre su Corazón. Y para salvar más hombres, en esta humanidad corrompida, mi Padre ha querido establecer en el mundo la Devoción a su Inmaculado Corazón. 
     Es una Devoción de Consagración filial, a modo de San Luis María Grignon de Montfort, y a modo de Santa Teresita, Patrona de las almas víctimas y de todo cristiano de los Últimos Tiempos
     María es más que nada reflejo del Padre. El Amor del Padre por vosotros, tiene su reflejo más en María que en Jesús. Porque Dios es Madre. Más que Padre, es Madre. ¡Dios es Madre! Y he aquí lo que Yo os quiero decir. María es el reflejo del Padre, del Amor del Padre
     Soléis ver al Padre como Amor justiciero o como Hacedor del mundo, pero no como Madre. 
     Dios creó el corazón de Eva más similar al suyo. Le dotó de esa delicadeza y amor, que da vida a su criatura. La hizo depositaría de la vida. La que da la vida. Natural y espiritual. Por eso, la corrupción en Eva fue más grave. Por eso se denigró más su naturaleza. Cayó más hondo. 
     Pero he aquí que la Nueva Eva viene a resarcir a Dios del pecado de la primera. La Nueva Eva, María, Primicia de la Nueva Creación. 
     María nació antes en el mundo que Yo, el Verbo. Nació antes para poder darme forma. Yo ya estaba alegre desde su Nacimiento. Ya empezó ahí mi Plan Redentor. Y la colmé de Gracias y bendición. Dios: Dador de Vida María: Dadora de Vida. Y su Corazón virginal vino antes al mundo que el mío. 
     Yo me hice Hombre en un Corazón ya formado: el de María
     La Trinidad existía, pero viene a habitar en un Corazón que ya es María, que ya está latiendo. Y en ese Corazón, oye mi Niña latir el mío, los primeros latidos del mío. Los primeros latidos humanos del Corazón de Dios. El Amor de Dios hecho Hombre en el mundo. 
     La Carne de mi Corazón, tomó carne del Corazón Inmaculado de María. Por eso, en el Sagrario también está Ella, su Corazón. En el sentido de que está la materia de mi Carne, y ésta fue hecha de la Carne de María, fue tomada de María. 
          ¿Pero es la misma materia? 
     No. Fue hecha de María. Es otro Corazón, pero formado a partir de María. Mi «lado» humano lo tomé de María. Como a la manera de la gestación. 
     No hay fecundación humana. La fecundación viene de Dios. Y Dios toma todo de María. María y Dios se hacen una misma cosa en Mí por la acción del Espíritu Santo
     Yo Soy el Reflejo del Padre, que ha tomado forma de María. Mi Humanidad es de Ella. 
     Por eso, comprended ahora, nueva generación, cómo quiero que vosotros seáis un reflejo suyo. Para ello: 
     - Meditad sobre su Corazón
     - Consagraos enteramente a Ella
     - Dejaos hacer, en infancia espiritual, como niños llevados de la mano de su Madre
     Ella es el Camino. Es el Camino para venir a Mí. Emprendedlo. Cogedlo. Tomad ese Camino para poder venir a Mí. 
     Yo la he hecho Puerta. Yo la he hecho Alcázar para mi Baluarte. Por esa Puerta: entrad. Desde ese Alcázar: defendedme. 
          Jesús mío: esto ¿no es demasiado abstracto? ¿Piensas que toda la gente lo entenderá? 
     Sí, porque acompañado de estos escritos, Yo daré Gracias especiales. Tú hablarás, y daré gracias especiales de entendimiento. 
          Y, ¿qué hay que hacer? 
     Sobre todo: Adoración. Ponerse delante de mi Eucaristía. Y recibir mis Gracias
          Y de «nuevo», ¿qué es? 
     Tú no te das cuenta, pero aquí hay algo «nuevo», algo que hasta ahora no había sido revelado por este instrumento insignificante. 
          ¿Te refieres a revelaciones místicas? 
     Sí. Y que se hacen públicas. 
          Jesús, es decir, a ver si te he entendido: sólo con todo esto, la persona llega a la Eucaristía y recibe gracias especiales? 
     Sí. Has entendido. 
     Las Gracias son de Transformación. 
     Las Gracias son de Común - Unión. 
     Las Gracias son de Entendimiento. 
     Las Gracias son de Eucaristía. 
     Y por medio de Ella: ¡Renovaré el mundo! 
     Este es el final de la Revelación a mi tenue profeta, Margarita. La Revelación de mi Corazón. De la Devoción al Corazón de Jesús. La Nueva Devoción. Antigua y Nueva
     Nueva, para los Tiempos Nuevos. 
     Nueva, con más ímpetu, más ardor. 
     Nueva, porque en ella se hallan condensadas todas las verdades de todos los siglos. 
     Nueva, porque refiere a la Eucaristía. Porque la culminación de mi manifestación como Hombre-Dios, tiene su lugar en la Eucaristía. En comprender las verdades ocultas que se hallan comprendidas en este Sacramento de Amor. En espera de mi Revelación Final. Yo mismo, en mi misma Magnitud, rasgando las nubes del Cielo. En venida poderosa sobre la tierra. Ya no en especies escondido, sino manifestado Visible y Resucitado. Para morar con vosotros ya Reinante. Sentado sobre mi Trono. Donde me alabaréis jubilosos en esta vida y en la otra
     Preparaos para mi Segunda Venida. Hacedlo con estos escritos, y con tantas otras cosas que os doy. 
     Mi Corazón ha tenido compasión de vosotros, y al veros en vuestra suma pobreza, he venido sobre esta niña para marcaros el Camino 
     ¡No estáis solos! ¡Escuchad a vuestros profetas! ¡Dios no os ha abandonado! 
     Se manifiesta y ha ido viniendo ya, va viniendo como Espíritu Santo. Poco a poco. Hasta llegar a la Plenitud final. Donde serán recapituladas todas las cosas en Cristo. En Cristo Eucaristía. 
     ¡Reino sobre mi Trono! 
     Comenzad en la tierra la Bienaventuranza Celeste. En espíritu, en verdad
     «Mirad que llegará un día en que los adoradores adorarán a Dios en espíritu y en verdad sobre su Monte Santo». (1) 

Nota (1) Hay un aplauso en el Cielo, que converge en el Sagrario. Aplauden a la Última Revelación para esta Hora. Y si se puede decir, es como si respirasen de que por fin se ha dado entera. Realmente, es magnífico cómo culminan todas las cosas en la Eucaristía. ¡Manifiéstanos tu Amor en la Eucaristía! ¡Que llegue tu Reino a plenitud!

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