Este es el tercer post sobre algunos textos que contienen la
palabra “Conversión” en el Primer Tomo de los “Dictados de Jesús a Marga” (La
Verdadera devoción al Corazón de Jesús). Todos los días son buenos para
convertirnos. Cada día es una oportunidad que Dios nos da para acoger su gracia
y cambiar nuestro corazón.
Estos mensajes nos servirán durante la Cuaresma, mientras
esperamos leer y meditar reposadamente el tercer tomo ("El Reinado
Eucarístico"), que ya se puede pedir a través de la web oficial (vdcj.org).
Añadimos un breve
comentario, entre paréntesis cuadrados, a cada mensaje. Las negritas también
son nuestras.
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Mensaje de Jesús (5
de marzo de 2002)
Mirad hoy mi Voz, reconocedme ahora que tenéis ocultos vuestros vicios, ocultos y olvidados hasta a vuestros
propios ojos, aunque los cometéis, ocultos y no os dais cuenta. Oíd ahora
mi Voz, que Yo me comunico a vosotros como MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN. Al pecador arrepentido le daré cobijo, al
que se enmiende le mostraré la Gloria. Porque es mi dádiva para ellos, porque
nace de mi Corazón el donarme a ellos completamente cuando veo un atisbo siquiera de conversión. Aunque se vean pobres,
aunque se vean reacios, Yo vendré luminoso a derramarme en ellos, a iluminar su
entendimiento y a abrir su corazón para poder entrar y hacerles un corazón
semejante al mío: MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN (cfr. Mt 11, 28-30).
Así podrán gozar del
descanso eterno, si me tienen a Mí, oh dádiva amorosa del Padre, si me
tienen a Mí y se dejan habitar por el Espíritu Santo. Vendré Yo y les renovaré.
Es una Promesa hecha para ti -oh hija- en los comienzos de la historia. Porque Yo ya sólo espero de ellos una mínima
conversión para venir a darme completamente, ya sólo espero una mirada
fugaz, un arrepentimiento sincero aunque sólo sea un segundo. ¡¡Hijos, sólo os
pido un segundo de arrepentimiento!! ¿Podréis decirme que no me lo daréis?
[Por eso es importante el examen de conciencia: ver ejemplos
concretos de los “pecados ocultos” en este artículo reciente]
Mensaje (completo) de
Jesús (19 de mayo de 2002) (Pentecostés)
Convertíos.
Reformad vuestra vida, sacad a luz vuestros pecados. Venid y arrojémoslos
juntos a esta ciénaga de Amor, que en ella se purifica todo. Venid y
arrojémoslos. En Nombre de Cristo yo te digo que si te arrepientes y te confiesas, te serán perdonados. Venid y
descubrámoslos juntos. Yo te pongo en camino hacia el sacerdote que, en Nombre
de Cristo, te perdonará para siempre si tienes firme propósito de no caer más y
perseverar.
Id, decídselo a todos [Nota de Marga: “Aquí nos habla a todos y se inflama de Amor”]. Decid a todos que mis Puertas están abiertas. Decid a
todos que la vida es bella sólo si la vivís Conmigo. Decid a todos que Yo hablo, y hablo para la conversión.
Decidlo a todos, decidlo a todos [Nota de Marga: "Estoy apuntando esto muy cerca de Jesús, desde el borde de su Corazón, que es una Profundidad Abierta, y puedo sentir-ver el ansia y la pasión de Jesús al decir esto"].
[La Cuaresma de este año es una ocasión inmejorable para
acudir con piedad y arrepentimiento al Sacramento de la Penitencia]
Mensaje de Jesús (7
de junio de 2002) (Solemnidad del Corazón de Jesús)
Venid a recibir mis
Gracias de conversión, venid a derramarlas también sobre los demás.
Los llamados a
propagar este Incendio de Amor: venid a inflamaros primero vosotros. Venid,
venid y repartid.
Llamados para tan importante asunto: Venid y haced venir. Haced venir a los míos hacia la Salvación.
Pero primero, venid.
¿Cómo vais a decir luego hacia dónde es el Camino? ¿Cómo
vais a indicar si antes no habéis venido a Mí? ¿Con qué fuego me vais a
proclamar, si no he conseguido incendiaros?
[Para propagar el Incendio de Amor, necesitamos pedirle al
Señor que antes incendie nuestro corazón, tantas veces medio apagado, y nos
enseñe a amarle a Él y a los demás por Él]
Mensaje de Jesús (12
de junio de 2002)
Todavía no oigo voces
clamando ante Mí y pidiéndome vuestra conversión y la de vuestros hermanos.
Todavía no habéis llegado hasta el fondo [Nota de Marga: "Tocando fondo"]. Os dejaré llegar, puesto que así lo
quisisteis. Y luego, en la verdadera desdicha, ahí os preguntaré: ¿Quiénes sois
los verdaderos hijos de Dios? Y esos serán salvos, serán guardados de perecer
en el Desastre. Cuando el agua de vuestra condenación os llegue hasta el
cuello. Estos son los frutos que produce
el olvido y el abandono de Dios. Acarread con ellos, puesto que vosotros
los quisisteis.
Venid a Mí los que
aún queráis convertiros. Venid a Mí los que aún tengan un ápice de mi Amor.
Yo lograré sacaros del fango donde os encontráis y que os atrapa y atenaza.
Pero los que no vengáis a Mí: recibid vuestro merecido.
Hija mía, éste es un
Mensaje de Amor. Sábete mirar en él. Mira más allá y reconoce en él mi
Inmenso e Infinito Amor por ti y por los hombres…
[Jesús pide nuestra conversión, en estos momentos, y desea
que clamemos ante Él por la conversión de todos nuestros hermanos]
Mensaje de la Virgen
(13 de agosto de 2002)
¡Margarita!
Mira a los otros pueblos, hija, mirad a los otros pueblos. No estéis pensando en vosotros solos, mirad
a los otros pueblos y ved, ved y pensad: ¿no está sobre ellos cayendo el
Castigo de Dios?, ¿por qué no a vosotros?
Amada España, escucha, escúchame: Porque a vosotros os
espera un Castigo aún mayor. Acuérdate
de Garabandal.
Y todos los que no estéis convertidos antes del Día, no os
será dado luego.
Algunas ciudades serán aniquiladas, persecuciones a la Iglesia y de la Iglesia para la Iglesia.
El Señor os aguarda.
Aguarda vuestra conversión, que os vendrá de mi Mano. Arrepentíos y volveos a Él
a través de Mí. Así os podrá retribuir según vuestras buenas obras. Si no,
la retribución será para las que encuentre.
Y si sólo encuentra pecado sobre pecado, odio, disputa sobre
disputa, soberbia, vanagloria, quemazón por los placeres de la carne, retribuirá sobre vosotros vuestro merecido,
sodomitas que vivís peor que aquéllos sobre los que cayó de lleno la Gran Ira
de Dios [cfr. Gen 18, 16-19, 29]. Igual, igual que entonces o más.
¡Oh Terrible Castigo, hijos!, no queráis estar entre ellos. Arrepentíos y volveos a Mí antes del Día,
para que Yo le pueda decir: «No toques a éstos, son los hijos arrepentidos de
Dios, los hijos predilectos de Dios que volvieron a El antes del Día».
[La Virgen cuidará de sus hijos que se arrepienten de sus
pecados, en estos momentos, antes del Día]
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