En este “post” transcribimos parte de un mensaje muy largo que Marga recibió de
Jesús en un Retiro espiritual, el
día 30 de septiembre de 2015. En próximos “posts” continuaremos copiando el
resto de este mensaje.
En cursivas van
las intervenciones de Marga. Las negritas
son nuestras, y también los comentarios entre paréntesis cuadrados [].
Recientemente ha comenzado un Canal de YouTube []
de “La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús” (VDCJ), en el que han ido
apareciendo videos de los mensajes recibido por Marga. Ver el siguiente como
ejemplo: “Entrevista a la Virgen María”:
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Mensaje de Jesús del 30 de
septiembre del 2015 (parte)
(Retiro)
— Jesús:
Ven a Mi con confianza, hija.
— Estoy más fría que una piedra, mas seca...
Pero no eres tú, sino Yo el que va a hacer el Mensaje. Yo
quiero, he querido tenerte así para que se vea mejor mi Obra. Para que hasta tú misma te asombres.
A lo largo de este día interrumpe lo que quieras mi
discurso hacienda parones para descansar, para pasear... No dependerá de tu
concentración las Palabras que Yo te diré, sino de la Mía. Te aconsejo: no
pienses. No medites en ellas. Tan sólo
cópialas. Copia lo que oyes. Ya
tendrás tiempo para meditarlas. Si no, no avanzo, no avanzaremos. Descansa e interrumpe
lo que quieras, lo que debas o puedas. Te lo dejo a tu elección.
Siéntete Conmigo
libre. Libre para apuntar aquí en la Capilla, libre para apuntar afuera en
el banco, en el jardín, las escaleras... donde quieras. Esta Casa es Mía y Yo
estoy en mi Casa. Siéntete tú también en tu casa, pues tuya es también.
Siéntete con naturalidad. Se una niña
pequeña que disfruta de mi Presencia y en mi campo.
— Eso es, Jesús, porque no hacen falta cosas y
palabras raras para tenerte.
No, no hacen falta.
Me tienes contigo, ¡me
tenéis con vosotros! siempre que queráis. Si me expulsáis me voy, porque
Soy un Caballero. Pero si queréis tenerme a vuestro lado, me tenéis.
Confía en Mí, confía en este Don de Dios. Relájate y deja
de pensar en otras cosas: tu casa, en cómo harás esto... y pon tu mente sólo en
Mí. En Mí encontraras el descanso, en Mi el Amor, en Mi la Providencia que te cuida, en Mi la Fortaleza que te hará
hacerlo todo.
— Les ha dado miedo lo que va a pasar con la
Eucaristía (Nota de Marga: “Había
gente que me lo había comentado”).
La Abominación de
la Desolación vendrá sin apenas ser vista, sin que apenas os vayáis dando
cuenta. De hecho, ya está viviendo y no os dais cuenta. Convive con vosotros y
no os hace variar en nada vuestros hábitos.
Para que os haga
variar vuestros hábitos, para que vosotros os quedéis sin comulgar, tienen que pasar antes mucho tiempo, y
muchas cosas.
Estos Libros serán tenidos en menos, porque dirán: « Ves,
no está pasando». Pero estará pasando
sin que os deis la mayoría apenas cuenta. Lo hará primero de una forma encubierta.
En muchos sitios ya no se consagra, y los que acuden a
Misa acuden como a un acto protestante,
sin la Eucaristía, porque el sacerdote no cree en su ministerio y no cree en el
acto que celebra, no cree en la Transubstanciación. Por eso, de cada sacerdote
que vosotros tengáis dudas acerca de si hace eso, no acudáis a su Misa. Dejadle
que celebre «su» rito con «sus» fieles. No
contribuyáis a ello.
Hay Sagrarios en donde Yo ya no estoy, a pesar de haber
hecho una reserva de las formas en él. No son formas consagradas.
Hay sagrarios donde, por miedo a las profanaciones, han retirado de ellos el Santísimo,
aunque dejan la lucecita como señal de su presencia. Son otros templos donde no
estoy.
Hay otras iglesias donde el sacerdote y los fieles, que
se dicen católicos, dicen abiertamente que vienen a una celebración donde no
está el Cuerpo y la Sangre de Cristo en el altar. Sin tapujos, sin engañar. Y
se dicen a ellos mismos dentro de la Iglesia Católica, pero no lo están.
Así que, como ves, la
Abominación de la Desolación ya ha entrado en vuestros templos y ya está entre
vosotros, aunque os parezca que no. Ira viniendo más, y poco a poco. Sin
miedo. Sin aspaviento. Sin ser visto.
Vosotros podréis evitar muy bien todo eso, porque a
vosotros os he dado el discernimiento para ver en dónde está el Buen Espíritu.
¡Ah, Marga! ¡Serás
luz de muchos!
Muchos están esperando este Tercer Libro para ver y para
saber cómo deben actuar.
Lo primero (que tenéis que hacer) es esto: también
vosotros sin aspavientos, sin ser vistos, sin hacer ruido, dejad de asistir y
colaborar con cosas así, de este tipo. Dejad solos a esos supuestos «líderes de
masas» e «iglesias modernas» que, con sus artes, lo único que hacen es separar a la gente de la Iglesia Antigua,
la Verdadera, y de sus Sacramentos y Dones del Espíritu Santo. Lo único que
hacen con esto es proclamar una llamada con el cuerno a las iras del averno,
que vendrán a posicionarse en ellos. Y entonces el espíritu del mal ira tomando
cada vez más cabida y actuando en ellos y en todos los que, como ellos, sigan
sus ritos.
— ¿Y los que no se den mucha cuenta, Jesús? ¿Les vas a
dejar ahí? ¡Pobre gente!
Yo tengo para ellos Misericordia.
Es a vosotros a
los que os aviso y os digo todo esto, para que a su vez podáis llevaros a
otras masas tras de sí. Es un contrarrestar del ejército de las tinieblas y el
Mío.
¿Os veis
que os cuesta ahora seguirme y encontrarme? ¿No me manifiesto a vosotros y me tenéis
como un Niño Pequeño alegre y confiado en vuestras manos? ¿No sigo viniendo, a
pesar de ser tan ignorado y perseguido? Pues igual en los días donde arrecie
más la Gran Tribulación. Siempre me
tendréis con vosotros.
— ¿Si? ¿Y no llegara un día que no te podamos
comulgar?
Eso será muy, muy,
muy remoto. Yo vendré, prácticamente, todos los días a vosotros. Si puede
ser necesario, incluso hare que se reproduzca la Hostia y nunca se termine. Yo no os dejare. Tened fe. Yo no os
dejare sin el sustento.
Por eso, hija: ¡qué temer!, ¿qué temer aquellos días?,
¿qué esperar, sino que Yo os proteja y que Yo os alimente?
Querida: mis
ovejitas no perecerán ni de alimento espiritual, ni (de alimento) material.
Yo os alimentare. Poned la Confianza en Mí. Sí podéis pasar penalidades, pero
nunca os faltara el alimento, y mucho menos el espiritual.
— Jesús, ¿para qué quieres que escriba este otro
Libro?
Querida, las gentes vagan sin saber a dónde ir. Necesitan
guías, guías de las gentes. Guía de las gentes eres tú con este otro Libro.
¿Te parece poco todo lo que ha de pasar, y sin saber qué
hacer?
— Sí, Jesús, pero parece que no pasa nada...
Sí, eso parece. Pero será como esto otro (Nota de Marga: “Que te acabo de decir”). Sólo se darán cuenta que sucede los que estén
avispados y escuchen, y vean, y mediten, y crean.
Para los demás
será como una época más en la historia, que hay que pasar, y que hay que
«dejarse llevar». Que, como Dios es el Señor de la Historia y tiene su mano
en la historia, El sabrá por qué suceden todos estos acontecimientos y lo que
habemos de hacer es dejarse llevar con El, poniendo, como artífice, a Dios, algo de lo que sólo es artífice el hombre.
Dios no quiso que el hombre dejara de consagrar. El
hombre, con su libre arbitrio, decidió dejar de consagrar.
Dios no quiso que
en la Iglesia hubiera un Cisma. El hombre, con su propio arbitrio, decidió
que ha de haber un Cisma sobre la Iglesia.
Dios no destituye
a un Papa, Dios no crea a otro. El hombre, con su propio arbitrio, así lo decide.
— Pero le dejas.
Como le dejo hasta quitarse la vida. Sois libres.
El caos, la confusión, la separación, la guerra, el
horror, el desamor... no fue querido por
Mí (cfr. Sab 1,13s). Y vuestro deber no es aceptarlo mansamente, coma
venido de mis manos, sino oponerse a él
y luchar contra él, evitarlo. Vuestro deber es evitarlo.
Vosotros, a cuantos más podáis, hablad a la gente de
esto.
— Nos tomarán coma locos.
En un principio. No desistid. Yo daré señales a los que
tengan que creer para que crean en esto. Vosotros
simplemente difundid esta Obra.
En un principio, se ridiculizara vuestra postura, coma ya
lo está siendo. Se os cierran algunas puertas, las de las mentes obtusas.
Tenéis que daros mucha prisa en escribir, corregir y
publicar este Libro. Si puede ser enero, mejor que febrero. Digo «si puede
ser», no que «tenga que ser». Trabajad con (agilidad, prontitud), pero no
agobiaros y que no se pierda vuestra salud si veis que no llegáis. Esto os lo
digo solamente para que veáis la premura de tiempo que tenemos.
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