sábado, 6 de febrero de 2016

Conversión (1)

A finales del año 2015 revisamos, en el Primer Tomo de los “Dictados de Jesús a Marga” (La Verdadera devoción al Corazón de Jesús), las veces que aparece la palabra “Misericordia”, con el objeto de poner de manifiesto qué es lo que Jesús y María desean, en estos momentos, de cada uno de nosotros.

Graham Gercken 1960 | Australian Impressionist Landscape painter

Ahora, nos fijaremos en otra expresión, que es clave en la Cuaresma (a punto de comenzar): la palabra “conversión”.

Intentaremos transcribir algunos de los textos en donde aparece la “conversión”, de modo que quede lo más claro posible su significado. Algunas veces añadiremos un breve comentario entre paréntesis cuadrados.

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Mensaje de Jesús (4 de junio de 1999)

Que cada uno examine cómo trata a este Mendigo de vuestro amor, que os ha amado tanto, que se ha abajado a hacerse Hombre, sufrió el suplicio máximo, y se queda a vuestro lado, tan pequeño, que está a merced de vuestros propios sacrilegios y abominaciones, locos por el odio, incapaces de amar, ciegos para la Verdad, sordos para la Fe. ¿Sabes lo que es que me pase toda la vida de un hombre sobre la tierra llamándole a mi Amor, a su conversión, y que finalicen sus días y se precipite a sí mismo al abismo eterno?
¡Y mi Sacrificio no sirvió para todos! Oh dolor angustioso de mi Eterno Corazón. Las almas se condenan, ¡hoy más que nunca!

[La principal conversión es la que nos lleva al Amor de Dios]

Mensaje de la Virgen (3 de agosto de 1999)

Vuestra Madre viene nuevamente a suplicaros vuestra conversión. Mirad cómo lloran mis Ojos, y cómo mis Manos se abren para acogeros. Si no sabéis cómo hacerlo, ¡venid a Mí!, Yo os tranquilizaré, y os indicaré el Camino, Yo misma lo recorreré con vosotros, os llevaré en mis Brazos si es preciso, ¡pero, oh, venid a Mí! Yo tengo el Poder dado por Dios de llevar los corazones a su Santa Morada.
Escuchadme. Yo os Amo Entrañablemente.

[María nos suplica que busquemos la conversión y el arrepentimiento de nuestros pecados que hacen llorar a la Virgen]

Mensaje de Jesús (10 de septiembre de 1999)

Decid que Yo vengo. Llamad a conversión. Tocad la campana del peligro inminente. Hacedme caso en lo que ya se os ha dicho. Sed ejemplo de acatar mis órdenes.
¡Despertad! Que cada uno medite en su corazón y vea todo lo que ha recibido. Descubriréis que sois ricos, no pobres como pensáis, y que como ricos desalmados, os habéis vuelto egoístas, intentando contener en vosotros solos todos esos tesoros, bebiendo y embriagándoos de la superabundancia de Dones. ¡Dadlos a los demás! A vuestra puerta se agolpan los hambrientos, los sedientos. Dad gratis lo que recibisteis gratis. Los Dones de Dios son para compartir. Que cada uno reciba por otros su ración, y nadie quede en la indigencia. Abrid las puertas de vuestras casas a los pobres que desde fuera llaman, y dad también a los que no saben, y piensan que Dios les ha abandonado.

[Es una llamada a hacer examen, a despertar, y reconocer que somos egoístas y no damos a los demás los Dones recibidos]

Mensaje de Jesús (3 de agosto de 2000)

Mira que Yo os hablo y os digo ahora: ¡Venid! -¡Id! Porque no queda tiempo, el tiempo ya se ha acabado.
Venid a Mí y luego id a ellos y decidles que Yo no dejo ya más tiempo de conversión, que recojan todas sus cosas, que se queden sólo con las obras que dieron vida y se presenten así ante Mí. A quien no le dio tiempo de ataviarse con las vestiduras blancas -Oráculo de Yahveh- Yo digo que ya no le es dado más tiempo. Porque vendré y os sorprenderé, como entra el ladrón en casa ajena.
Pero mira que Yo con vosotros, os he hecho una advertencia y ahora os digo: ¡Convertios!, por última vez: ¡Convertios! El tiempo ha llegado. Mi Mano no detiene ya más la Ira de Dios, ella cae sobre la tierra: ¡Arrepentios!

[Es una llamada ¡de urgencia! A la conversión; al arrepentimiento de nuestros pecados, y a la vuelta a Dios]

Mensaje de Jesús (10 de enero de 2001)

Reconvertios. Reorientad vuestra vida. Va camino del abismo. Hijos, Yo, que Soy vuestro Padre, vengo para advertiros, para que no caigáis allí sin remedio alguno. ¡Oh hijos!, ¿cómo os tengo ya que hablar? (…).
Pero Yo ahora os digo que, si queréis, ¡todavía hay tiempo! Convertíos ahora, ¡no lo dejéis para más tarde!, luego no habrá tiempo. Ahora os es dado el tiempo de conversión. Si no lo hacéis ahora, vendrá el Esposo para rendir cuentas y os encontrará sirviendo a la Bestia, condenándoos así vosotros mismos3 para siempre, para siempre... para la eternidad.

[Vuelve la llamada urgente a la conversión, a reorientar la vida]

Mensaje de la Virgen (29 de enero de 2001)

Jesús vino para los hombres todos. ¡Hijos míos!, ¡volved a Jesús! Hija mía, mira cómo me encuentro ya afónica de tanto gritar y gritar por todas partes cual loca de Amor, gritar la conversión de los hombres todos a Dios. Yo Soy la Madre de la Humanidad, y no deseo que ninguno de los hijos míos se pierda.
Yo te doy el sentimiento de que nada es importante, sólo es importante la Gloria de Dios.

[La conversión es ver todo con los ojos de Dios y valorar las cosas en su justa medida: sólo importa la Gloria de Dios]

Mensaje de Dios Padre (4 de julio de 2001)

Mi Voz es ahogada, mi Voz, mis voces son ahogadas. También hoy, y todavía más hoy, matáis a los profetas. Estáis prolongando la agonía de mi Santo Padre (el Papa) ofrecido, inmolado en su vida a sí mismo por la salvación del mundo. Y por eso, por todo el Cielo y los santos de la tierra, que se inmolan y se ofrecen, que se dejan matar, que se dejan torturar por mi Reino, uniendo sus sufrimientos y sus vidas a la Pasión de mi Hijo, por ésos Yo permitiré que no sea aniquilada toda la tierra, y al menos quede un Resto. Por ésos, Yo dejo un poco más de tiempo de conversión, por ésos Yo retraso la Hora. Para que puedan venir más a Mí antes del Día.

[Estamos en un tiempo de conversión, que se va acabando]

Mensaje de Jesús (5 de julio de 2001)

Hija, tengo ante Mí el pecado de todos los hombres, y sabe tú que es inmenso, casi infinito. Pero es mi Misericordia la que sí es Infinita, la que puede perdonar todo si esos hombres vuelven a Mí.
¿Te parece que no puedo perdonarlo? Yo llamo a la conversión al pecador, y aunque haya cometido la mayor abominación, si se convierte, se enmienda y persevera, Yo borro todo su pecado, lavo su delito.

[La Misericordia de Dios supone la conversión, el arrepentimiento del pecador] 

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