Continuamos copiando algunas frases, en los “Dictados de Jesús a Marga” (Tomo Rojo:
“La Verdadera devoción al Corazón de Jesús”), en los que aparece la palabra
“Misericordia”. Si las meditamos despacio, en nuestra oración, nos servirán
mucho para vivir intensamente el Año de
la Misericordia.
— Escuchad, ved. Escuchad y ved los signos de los tiempos.
Ved y tened pavor sólo de no estar convertidos a tiempo. Lo demás dejadlo a la Misericordia de Dios. Él sabe qué hacer.
Poneos fielmente en sus manos, que determinará la suerte a seguir de cada uno
de vosotros. ¿Alguno quiere ofrecerse antes? Si al Padre le ha parecido bien,
tomará vuestro ofrecimiento para la Vida Nueva (Jesús, 10-I-2002).
— Se abren los Pozos
de mi Misericordia: ¡Entrad!, ¡entrad todos! Luego, dentro de poco, serán
cerrados. Entrad antes del Día. Luego no podréis arrepentiros, no os será dado,
porque vosotros mismos os lo negasteis (Jesús, 14-VI-2002).
— Me dirán: «¿Cómo es
que Dios ha agotado su Misericordia?
Mi Misericordia es inagotable; tendré Misericordia de quien tuvo
misericordia. Pero llegará un momento
que ya no vas a llamar más a conversión (palabras de Marga). Sí, el tiempo
mesiánico se acaba, y empieza la era de Cristo Rey, de María Reina sobre los
corazones, el Reinado de Paz y de Justicia, de Vida y Amor. El tiempo del
rescate se acaba, y los que no han sido rescatados, no podrán serlo luego,
porque todo lo creado lo voy a renovar, porque tiene que ser la tierra
purificada. De todas vuestras inmundicias os purificaré, os limpiaré, arrancaré
de vuestro pecho el corazón de piedra y os daré un corazón de carne (Jesús,
29-VIII-2002).
— Lo que Yo quiero contigo es que me conozcan tal cual soy,
y soy un abismo infinito de Amor y
Misericordia, porque gozo y estoy dentro del Abismo Infinito de la Misericordia
de Dios, más que cualquier otro hombre, y os amo y Le amo tanto que os
participo de ese Amor por su Amor y mi Amor (María, 17-IX-2002). A continuación
Marga explica esto en una nota: “Es
Voluntad de Dios que la Virgen nos participe de ese Amor de Dios, y a la vez
Ella lo desea porque nos ama como Él nos ama, y Le ama a Él Infinitamente, con
su mismo Amor, es el mismo Amor de Dios que Ella para amarle a su vez. Y como
participa tanto de la Esencia de Dios, es Dios mismo el que nos ama a través
suyo”.
— Mira que Yo detuve las Apariciones dadas en Garabandal
porque no se me hacía mucho caso. En espera del Gran Milagro, se retrasa el
tiempo para creer y se les prohíbe a mis fieles acudir y recibir las Gracias
que Yo quiero dar desde allí. ¡Tapáis
los Caudales de mi Misericordia! ¿Cómo queréis recibir mis Gracias si me
tenéis taponadas todas las vías de acceso a mis fieles? Sí, esto fue el tema
que les hizo retrocederse y no aprobarlo, en espera de otros acontecimientos
más sobrenaturales. Pero hijos, Yo os digo: ¡¿más?! ¿Qué esperáis ver ya para
poder creer? (María, 14-V-2003).
— ¿Quieres ser tú cauce de mi Corazón? Mira el cuadro de la Misericordia. De mi Pecho salen dos rayos que
van a caer a los hombres. ¿Crees tú que llegan a todos los hombres? No, no
llegan. Sólo a unos pocos. Bien por unas causas y otras, pero sólo a unos
pocos. ¡Esos pocos tienen el deber de darme a conocer! ¿Qué es esto de que esta
Devoción es una devoción de «viejas y de melindres»? ¿Es que sólo tienen necesidad de mi Misericordia los mayores y los
enfermos? ¡¡Todos!! Todos tenéis necesidad
de mi Misericordia. Desde los más pequeños a los más mayores. ¡Oh, cómo
harías tú las Delicias de mi Corazón si fueras capaz de adaptar mi Devoción a
los más pequeños y que ésta se difundiera por todas partes! (Jesús, 3-V-2005).
— Sabed que estáis en
los días en los que la Misericordia de Dios se manifestará a vosotros en forma
de Ira de Dios. Pocos lo entendéis. Pocos lo entendéis ahora, pero será la
única forma en que los míos vengan a Mí. Yo sufro por vosotros. Sufro por los
que ni aun así lo entenderán. Sufro por los que no vendrán (María, 12-X-200 5).
— Yo reservo copiosos
tesoros de mi Misericordia para los grandes pecadores arrepentidos. Yo les
amaré por lo que nunca se han sentido amados. Yo les sanaré. Se librarán de sus
tentaciones que les atenazan y les esclavizan. Yo les daré mi Amor. Y en Él se
recompondrán y quedarán salvos (Jesús, 24-V-2006).
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