Con el mensaje de Jesús a Marga, del 16 de julio de 2008 —que reproducimos completo a continuación—, en
la festividad de la Virgen del Carmen,
terminan los mensajes en los que aparece la palabra “Tribulación” en el Tomo Rojo
(primer tomo de los mensajes recibidos por Marga, del 11 de julio de 1998 al 18
de julio de 2008).
Al parecer, los tres años finales de la “Gran Tribulación”
corresponden a lo que la Virgen anunció
a las niñas de Garabandal como el “Castigo”, que vendrá después del “Aviso”
y del “Milagro”.
Jesús nos invita a pedir, con mucha fe, su Venida: “¡Pedidme! Pedidme día y noche que venga.
¡Y vendré! ¡Vendré para regir la tierra!”.
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Mensaje de Jesús a
Marga (16 de julio de 2008)
Este don no es importante porque tú eres importante, sino
porque Yo Soy Importante y tengo un
Mensaje que decir a la humanidad. Porque Yo quiero seguir instruyéndola
hasta el fin de los siglos. Y esa instrucción debe llegar al Resto. El Resto de Israel (cfr. Jr 31,7; Ez 9,8; 11,13; Miq 2,12; Neh 11,20). Me comunico estos días
para el Resto de Israel. Según profetizado desde antiguo, quedará un Resto en Israel, en el Terror de los Últimos días, un
Resto en la Persecución, que será fiel a
la enseñanza tradicional, sobre el que Yo me derramaré e instruiré, marcaré
el camino por medio de estos mis pequeños arquitectos.
Porque todo se ha
vuelto oscuro, hoy, más que nunca, es necesario este don.
Mira el mundo
convulsionado. El mundo está convulsionado por el desamor. Sobre todo por
el desamor que reina.
El Anticristo lo hace
ya abiertamente y, desatando su ira contra Mí, persigue a mis cristianos y
deja abolida la Eucaristía. En su lugar, efigies del anticristo presiden
«celebraciones de paz». Se logra una pretendida, aparente paz en este mundo convulsionado. La logra él. Por lo que
le alaban.
Mírame a Mí escondido. Lo hago en tu casa y en las casas de
los míos. Mis templos son vuestros lugares, iglesias domésticas. Todavía
entonces estoy más escondido. Porque si lograran asirme, sería otra vez
asesinado. Se cometería sacrilegio.
Ellos piensan: «La Iglesia no ha conseguido la paz ni el
ecumenismo que predice, sin embargo, Lucifer, ése sí nos ha dado la paz y la
prosperidad».
Veíamos ayer cómo la
imagen de mi Corazón era la mejor manera que ha tenido el Padre para
escenificaros su Amor. Es la manera más idónea de acercarse a comprender el
Amor de Dios, que se ha manifestado en su Hijo-Hombre por medio del Espíritu
Santo. Y con este medio de mi Imagen, pública y honrada, Yo atraeré a todos los
hombres a Mí.
En la Revelación de la Misericordia divina a Sor Faustina Kowalska, se escenificó
las Gracias derramadas sobre el mundo desde mi Sagrado Corazón. Una Devoción a
la que Yo acompañé de Gracias especialísimas con un último intento ya de atraer
a todos los hombres hacia Mí. Y con ella terminó
para este Tiempo la Revelación de mi Sagrado
Corazón.
Lo que a ti te comunico es mi Sagrado Corazón para un Tiempo Nuevo. Donde la antigua
tierra ha pasado. «Yo, Juan, vi un cielo nuevo y una tierra nueva» (cfr. Ap 21,1s)..
En esta época estáis
entrando. Para ello, el pecado ha de ser destruido. Destruida la
Abominación de la Desolación. Destruidas las obras de pecado y el artífice de
la Iniquidad. Para que reine Yo en mi
Reino Nuevo, en medio de mi Santuario. El cual será Torrente que lleva las
Aguas caudalosas a tener su anclaje en el fondo de los corazones de sus fieles.
De su Seno, manarán ríos de Agua Viva (cfr. Jn 7,37s).
¿Qué es esto? Esto que Yo te comunico y está anunciado. De
la Custodia, en Permanente Adoración en
los Templos, manarán Gracias a raudales, para algunos incluso visibles,
sensibles para todos. No se cerrarán a los fieles (los Templos). Día y noche permanecerán en Adoración.
No se me dejará jamás solo, como eso que ves hoy en día que ocurre.
«Dios-con-vosotros» no será abandonado ya jamás. Será un anticipo del Cielo. En
el Cielo también hay Adoración Eucarística. La Eucaristía es eterna.
Estaba todo tan oculto, había tanto pecado en vuestro suelo,
que pensaréis cómo os había sido posible la vida allí.
— ¿Y cuándo resucitemos?
(palabras de Marga)
Eso ahora no alcanzas a comprenderlo. La humanidad no se
encuentra preparada para esa Revelación. Está preparada para esta que te cuento
ahora. No obstante, no todos. Por eso te digo, hija, que dirijo este Libro principalmente para mi Resto en la tierra. Los
«Anawim», los «pobres de Yahveh.» Sed
pobres para poder y para saber recibirlo. Cuando todos conozcáis mis
Secretos Profundos, revelados a través de mi Corazón.
Mira, será necesario salir en mi defensa. Porque me roban de
los Templos. A los defensores de mi
Eucaristía, Yo les revelaré mis
Secretos Profundos de Amor.
Hija mía, después del Desastre, todo quedará destruido. Se
saquearán los Templos. Las Hostias Consagradas, que quedan en los Sagrarios,
serán profanadas. Se cogerán para misas sacrílegas y para satánicos rituales. Los que seáis más valientes, salid a
defendedme, pues se acabará con vuestra vida.
Los no partidarios de Dios, enloquecerán de tal forma, que
se volverán endemoniados. El Demonio hará presa en ellos. Satanás se adueñará del mundo. En ese momento, se acabó el Tiempo
de conversión otorgado por mi Misericordia. Y al hombre no le será posible ya
convertirse ni volver a Mí. Le ha sido dado el Poder al Demonio para atraerse a
todos los hombres a él. «Cuando Yo sea tirado por tierra y pisoteado, él atraerá
a todos los hombres a sí» (cfr. Al revés que Jn 12,32). Esto es lo contrario de mis Promesas.
Cuando aboláis la Eucaristía.
En el mundo, si no se
celebra la Eucaristía, se acaba la vida, y se va enfriando poco a poco. El
sol os abandonará. Será una época de mucha carestía.
Idearán una forma de abastecer a mi población, basada en una señal que os implantarán en
la mano o en la frente. Así seréis controlados. Así los demonios que moran
en los sepulcros, se abalanzarán sobre vosotros, los santos, pretendiendo daros
muerte. Algunos lo conseguirán.
Si la persona está señalada con esta marca, es señal para
ellos de no haceros daño.
Si la persona no la lleva, señal de que no se ha plegado al
sistema: os atacarán.
Para ello es lo que
os digo:
- Llevad siempre con
vosotros objetos bendecidos.
- Bendecid vuestras casas para que no sean
asaltadas. Llenadlas de objetos
bendecidos y de Agua bendita y
exorcizada, que renovaréis periódicamente.
Así, con la señal, las personas podrán comprar o vender. No
así vosotros.
Se creará, al margen, como un comercio entre vosotros,
oculto, basado en la caridad fraterna y
en el Amor. Para subsistir. Sobre todo, viviréis de la Eucaristía. Será vuestro alimento, que se
reproducirá. Cada día lo necesario (cfr. Ex 16,4-36). No
temáis.
Entre vosotros os abasteceréis. Con mis alimentos
bendecidos. Con mis sacerdotes santos, que celebrarán
a escondidas, a riesgo de su vida y la vuestra.
Jesús mío: ¿se entrará en las casas para registrarlas?
No. Simplemente os embargan, y os dejan morir de hambre.
Seréis muy pocos los que no os pondréis la señal en la mano o en la frente.
Advertidos por mis profetas.
Os parecerá muy largo este tiempo. Serán tres años.
Los supervivientes
del Desastre, entraréis en el Cénit de la Gran Tribulación.
Es el Triunfo de la Iniquidad. Es la Abominación de la Desolación (cfr. Dn 9,27; 11,31; 12,11; Mt 24,15; Mc 13,14).
La tierra entera será llena de cadáveres. Los cadáveres son
estos muertos vivientes que, por su
sustento, se venden al Impostor y hacen trato con la Bestia, dándole su propia
vida a cambio. Jugando con su
condenación. Hasta que Yo, Yo mismo, baje y los destruya a todos.
¡Pedidme! Pedidme día
y noche que venga. ¡Y vendré! ¡Vendré para regir la tierra! (cfr. Sal 96,13). Destruiré
al adversario y pondré fin a la Iniquidad, mataré a todos los impíos y sobre la
tierra ya no habrá más desolación.
Aparecerá una noche toda la tierra llena de cadáveres,
porque daré paso a mi Ángel que, como en Egipto, les herirá (cfr. Ex 12,29).
Y una lluvia restauradora borrará todo de
vuestra vista. Y saldrá el Sol. Y me estableceré en lo alto del Santuario, para
reinar.
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