sábado, 26 de enero de 2019

Sin la Virgen no hay salvación


En el Tercer Domingo del Tiempo Ordinario meditamos sobre la fuerza de la Palabra de Dios leída y meditada en la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo.

Estambul, Turquía - 28 de mayo de 2016: Icono de la Virgen María y los Santos en el Interior de la iglesia de Santa Sofía — Foto de Stock 

El Señor, la meditación de su Palabra, es nuestra fuerza: «¡No os pongáis tristes; el gozo del Señor es vuestra fuerza!» (Ne, 8, 10; 1ª Lectura). Una de sus palabras es, referida a Nuestra Madre: “Haced lo que Él os diga” (Jn 2, 5).

Aunque es verdad que en el cuerpo hay muchos miembros, todos bebemos de un mismo Espíritu (cfr. 1 Cor 12, 12-30; 2ª Lectura)).

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido. Me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista; a poner en libertad a los oprimidos; a proclamar el año de gracia del Señor» (Lc 4, 18; Evangelio).

Es el mismo Espíritu el que, ahora, también ayuda nuestra debilidad para que comprendamos lo que el Dios desea que conozcamos sobre los tiempos en que vivimos, que son como un año de gracia del Señor. Y uno de los puntos principales es este: “Sin la Virgen no hay salvación”, porque así lo ha querido Jesús.

Ofrecemos la 4ª parte del mensaje de Jesús a Marga que hemos meditado en los tres posts anteriores. Las negritas y lo que está entre corchetes [ ] es nuestro. Lo que está en cursivas es de Marga. Todo el resto es de Jesús.

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Mensaje de Jesús a Marga (22 de septiembre de 2015) (4ª parte)

¿No hay salvación? ¿Tajante? [se refiere a lo que Jesús le había dicho: sin la Virgen no hay salvación en estos tiempos]

Es más difícil salvarse, muchísimo más. El camino se le vuelve sencillo a los hijos de María. Ellos serán sólo los únicos garantes del Catolicismo. (Ellos serán) los que que­darán. Después de la «debacle», ninguno de los que no sea hijo de María, resistirá.

Pero no quiero «hijo de María» sólo de nombre. «Hijo de María» con todo lo que eso conlleva.

Os doy la clave para estos Tiempos: estar entregados a María. Ella, Arca de la Salvación segura, Puerta del Cielo. Quien pasa a sus atrios, ya es salvo, ¡imaginaos quien entra por Ella! Quien entra por Ella consigue las más altas cumbres  de la santidad.

¡Pobres ilusos los que creen salvarse prescindiendo de Ella! Pueden, incluso, condenarse.

¡Venid por el Camino fácil!, ¡por el Camino sencillo! No busquéis otros, pues éste se os regala. Es el que Yo os he dado desde mi Nacimiento. Aunque os la entregué «oficialmente» en la Cruz (Nota 303: Cfr. Jn 19,26s). «El culto que la Iglesia rinde a la Virgen no es sólo fruto de una iniciativa espontánea de los creyentes ante el valor excepcional de su persona y la importancia de su papel en la Obra de la salvación: se funda en la voluntad de Cristo». Juan Pablo II, 09-12-98).

[Esto nos recuerda lo que escribió San Josemaría en el prólogo de su obra Santo Rosario: “El principio del camino, que tiene por final la completa locura por Jesús, es un confiado amor hacia María Santísima”].

Todos sois hijos de María por nacimiento, sin hacer nada especial. Pero debéis quererlo, debéis querer asumir esa condición para que tenga efecto en vosotros.

Entregaos a María, y todo se os volverá más sencillo. Hacedlo con una fórmula solemne, y vivid  esa  Consagración en vuestras vidas.

A partir de ese momento, todo cambiará en vuestra exis­tencia, e iréis notando cómo el cumplir con la Voluntad de Dios en vuestras vidas se os hace más liviano. Iréis viendo cómo ya no os cuesta tanto ver cuál es, discernir entre el bien y el mal, ver cuál es lo bueno, lo perfecto, lo que Le agrada (Nota 304: Cfr. Rm 12, 2), tener un corazón totalmente dispuesto a Mí.

Veréis cómo confiaréis abiertamente en Mí y en mi Pro­videncia, y no existirá la preocupación en vuestras vidas (Nota 305: Cfr. Mt 6, 25-34). Veréis cómo vuestros asuntos prosperan. Y si no prospe­ran, no sucumben en esta era diabólica del desastre, donde lo normal será sucumbir. Veréis cómo gozáis de mi Paz en todos y cada uno de los acontecimientos que os sucedan, sean como sean.

Os parecerá mentira haber estado alguna vez inquietos y sin paz. Será como si gozarais del Cielo en la tierra, el Cielo ya adelantado. Todas las bienaventuranzas que se vivirán en él, gozándolas ya desde ahora en la tierra.

Y tú, mi última, no te agotes ahora escribiendo todo esto.

Piensa que es por el bien de la Iglesia.

(Apuntar tanto, agota. Sobre todo mentalmente)

Déjate llevar, y disfruta también de estos ratos y estos coloquios. No estés en tensión, pues es Obra del Espíritu Santo.

«Toda carne profetizará» (Nota 306: Cfr. J1 3,1; Hch 2,17). Estad atentos a los signos de  los Tiempos (Nota 307: Cfr. Mt 16, lss).

Con María también es más fácil distinguir las verdade­ras profecías de las falsas. Con María, no os iréis tras otros dioses. Con María llevaréis a cabo las grandes obras, y a veces muy en lo escondido. Y si es hacia afuera, no os en­greiréis, conservándoos  siempre en la humildad.

¿Qué mejor Regalo pude haceros que María? Por eso: sed hijos de María.

Cuando mi Corazón ve en la tierra un corazón que es hijo de María, se regocija. Mi Corazón viene a complacerse en él.

¡Oh!, ¡si encontrara en la tierra tantos hijos de María! ¡Mi Corazón pudiera venir a Reinar!

No vengo y no reino porque no encuentro en la tierra suficientes hijos de María.

Esforzaos, día a día, por ser hijos Suyos. Caminad con Ella por las virtudes excelsas de la Hija Predilecta de Dios, su Preferida. Meditad en ellas. No es nada complicado. Es simple. Implementadlas en vuestro corazón. Así, vuestro Maestro mirará a la tierra y podrá complacerse en  ella.

¿Cómo lograr estos hijos de María de vosotros, que os encontráis tan alejados? Queridos, haced el cambio de co­razón (Nota 308: Cfr. Ez 11,19; 18,31;36,26; Sal 51,12-14), la conversión (Nota 309: Cfr.Ez 33,11;J12,12s; Is 45,22; Mt 3,2; Le 3,7-14; Me 1,15;Le 13,3.5; Hch 2,38; 3,19; 17,30; 26;20; Ap 2,5.16.21; 3,3.19). Si no sabéis el Camino de la con­ versión, mirad estos Libros.

Yo he iniciado y he forjado un Camino con ésta mi profeta, de conversión, punto por punto, minucia por minucia, durante largos años y para que todos tuvierais dónde aprender y copiar sus pasos. ¡Así nadie podrá decirme que no sabe cómo!

Yo, con ella, he ido recorriendo, paso por paso, casi todos los pasos que debe dar mi humanidad  hacia Mí.

Cuando termine la Obra, en ella estarán compendiados todos. Todas, ¡la mayoría!, de las preguntas que se hace esta mi humanidad actual alejada de Mí, se encuentran compendiadas en estos Libros. Yo no seré más exhaustivo, porque más exhaustivo, prácticamente, no se puede, no os alcanzaría a vuestra actual inteligencia. Ahondar ahora mismo más que Yo lo haré con ésta, en esta Revelación, no os conviene, de momento.

Yo me os iré revelando más, poco a poco. Pero para ahora, bástase/ os con esto.

Luego, en el Cielo, también sigo. También seguiré.

Este es un adelanto de la Revelación total, que es la que tendréis en el Cielo, en las Bodas del Cordero.


sábado, 19 de enero de 2019

Hacerse pequeños de manos de María


El 2° Domingo del Tiempo Ordinario está centrado en la escena que nos relata San Juan en el 2° capítulo de su evangelio: las Bodas de Caná.   

Bodas De Caná, Detalle, Mosaico, Iconografía 

La 1ª Lectura, tomada del capítulo 62° de Isaías, se puede resumir en el v. 5:

“Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo”.

Jesucristo es la Cabeza de la Iglesia, que es su Cuerpo (cfr. la 2ª Lectura de la Misa: 1 Cor 12, 4-11). Cristo es el Esposo, la Iglesia la Esposa. Todos los que formamos parte del Cuerpo de la Iglesia, de alguna manera, estamos desposados con Cristo, el Esposo. La mística esponsal es una realidad. Es el Amor del Creador por cada hombre o mujer, que es infinito, que es puro y se da plenamente.

La Iglesia quiere introducirnos en este nuevo Año Litúrgico con esta imagen: el amor de los esposos. Jesús hace su primer milagro en una boda, porque su Madre intercede por los jóvenes esposos que se han quedado sin vino. ¡Qué entrañable escena! ¡Qué sencillez vemos en los diálogos que San Juan nos presenta en Caná!

Vale la pena fijarse en la sencillez de los criados que siguen dócilmente el consejo de María: “Hagan lo que Él les dirá”. Se hacen como niños, con María.

Para tratar de comprender un poco más el Amor de Dios por cada uno de nosotros, es excepcionalmente útil leer y meditar los mensajes que recibe Marga (cfr. La Verdadera Devoción al Corazón de Jesús, en www.vdcj.org).

En los primeros dos post de este año 2019 hemos trascrito y comentado brevemente el mensaje recibido, de Jesús, el 22 de septiembre de 2015, que es muy rico y profundo. Continuamos con él ahora en este nuevo post.

Lo que está en cursivas es de Marga. Lo que está entre corchetes y en negritas es nuestro.  

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Mensaje de Jesús a Marga (22 de septiembre de 2015)

Jesús, anuncias lo de otros tiempos, y parece que no llegan.

[Las intervenciones de la Virgen, o del Señor, en los tiempos que vivimos son muy frecuentes. Sin embargo, parece que sus mensajes son inminentes, pero tardan en llegar. Aparentemente, quizá vemos que todo está tranquilo, al menos en el pequeño mundo en el que nos movemos. Y el Señor nos ayuda a abrir los ojos y a estar vigilantes]

Estáis metidos en ellos. No te equivoques, que estáis ya metidos en ellos.

La característica de estos Tiempos es que vienen sin ser vistos. No se aprecian, no se ven ni se notan. Para los que no están avispados, no, no se ven. Hace falta tener mucho discernimiento para ver. Si os faltan los guías no veréis.

[Esto que dice Jesús no es una invitación a dejarnos llevar por la curiosidad de las noticias que no faltan todos los días. El Señor quiere que sepamos discernir entre el bien y el mal, en nuestra vida y en la de los demás. Y eso sólo se consigue si somos almas de oración]

¿No has visto, hija, cómo muchos  de los que se   creen «centinelas en vela» están equivocados y equivocándose con respecto a mí Papa? Y ellos se creen tan en vela, tan atentos, tan estudiosos de las Escrituras, tan sabios. ¡Incluso se creen con la Virgen! Se creen con mi Madre, pero no la hacen caso. ¿Cómo estar así con Ella?

[El verdadero estudio no es la mera curiosidad intelectual o el deseo de estar al tanto de las novedades en la Iglesia, sino el diálogo lleno de confianza que tenemos con Jesús y con su Madre: la capacidad de escuchar sus inspiraciones. El Papa Francisco es el Papa de Jesús: es “su” Papa, por lo tanto legítimo e instrumento de Dios para la Iglesia en la época en que vivimos. Como todos los humanos, puede tener errores, pero los buenos hijos saben discernir la entidad de esos errores, comprenderlos y buscar los muchos aspectos positivos de las palabras y acciones de sus padres]

Ella les habla de ayuno, de oración y sacrificio, y no lo practican.  Se quedan sólo con las predicciones de acontecimientos. Y estas predicciones, sin el discernimiento adecuado, pueden llevar el alma a gran confusión. Y  un alma no tiene el discernimiento adecuado si no hace oración y penitencia.

[Primero, cada uno tenemos que comenzar por limpiar y poner en orden nuestra casa. Si no, lo demás es inútil. Y la nuestra casa principal es nuestra alma: se necesita oración y penitencia para limpiar y ordenar nuestro interior]

Háblame, hijo mío (Nota 301: Habla a las almas), de tu penitencia, te diré cómo tienes tu corazón.

[La verdadera penitencia es una actitud profunda de deseos efectivos de conversión, reconociendo todo el mal que hay en nuestra vida y estando dispuestos a cambiar de vida, cada día]

Mis amados profetas, profetas de estos Tiempos, el Es­píritu Santo quiere estar grande con su pueblo (Nota 302: Cfr. Sal 125) a través de vosotros. Dejad que fluya a través de vosotros. No ten­gáis miedo de lo que pueda pediros. Lo que pueda pediros nunca será por encima de vuestras fuerzas y nunca os hará mal, ni a vosotros, ni a los otros.

[Es la plena confianza de que estamos en manos de Dios. No nos equivocaremos si buscamos estar siempre en su presencia]

Querida, si Yo hubiera visto que no erais necesarios para mi pueblo vosotros, los profetas, no os habría dado (a ellos). No os habría suscitado. Todo esto es porque es muy necesario para la Iglesia; y gracias por prestarte a ello.

[Las palabras de los “actuales profetas” que suscita en el mundo el Señor, no pueden caer en saco roto. Son perlas preciosas que nos da Dios para que las utilicemos bien, las difundamos —cada uno de la manera más oportuna— y las pongamos en práctica]

Todos esperando y expectantes a que salga este Tercer Libro [que fue editado a principios de 2016]. En él has de decirles, de mi parte: Que nadie que se crea salvo por sus méritos, se salvará. Que tienen que ha­cerse muy, muy, muy pequeños, y de manos de María. Que sin la Virgen, no hay salvación en estos tiempos.

[¡Qué consejos más preciosos!: ser pequeños, muy pequeños; es decir, luchar por ser sencillos y humildes, desterrara todo asomo de soberbia en nuestra vida, confiar plenamente en Dios, estar alegres siempre… Y, esto, con Nuestra Señora, aprendiendo de Ella todos los días]


sábado, 12 de enero de 2019

Llueve el Espíritu Santo


Mañana termina el Tiempo de Navidad y comienza el Tiempo Ordinario. El Primer Domingo está dedicado, este año, a conmemorar el Bautismo del Señor en el Jordán.

Bautismo del Señor, Mosaico de Marko I. Rupnik  

Después de haber meditado en los días pasados sobre el Misterio del Nacimiento del Hijo de Dios y su Vida de infancia, a partir de ahora nos disponemos a reflexionar sobre su Vida pública, que comienza precisamente cuando Jesús, junto con muchos habitantes de toda Palestina, van a escuchar a Juan Bautista y a recibir su bautismo de penitencia.

Jesús, como uno más, se pone en la “cola de los pecadores” (cfr. Benedicto XVI). Se “hace pecado” por nosotros y Él, que no tiene pecado, quiere hacer penitencia recibiendo también el bautismo de Juan.

En el Jordán, Juan es testigo de la teofanía que revela la identidad y misión de Jesucristo: la Voz del Padre y la Presencia del Espíritu en forma de paloma. Juan luego dará testimonio a sus discípulos de lo que ha visto al abrirse el cielo y posarse el Espíritu sobre Jesús.

Jesús se sumerge en las aguas del Jordán que son para Él como un sepulcro (así se representa este suceso en la pintura antigua). Ahí toma sobre sí todo el pecado del mundo y comienza su “subida a Jerusalén” hasta el momento supremo de la Cruz.

Pero, antes, el Señor es llevado por el Espíritu al desierto y permite que Satanás lo tiente durante 40 días y 40 noches. Lo hace para mostrarnos cómo vencer el mal: con oración y ayuno, que son manifestación de la profunda humildad de Jesús y de su completo abandono en las manos de su Padre.

Para comprender mejor el Misterio que hoy celebramos (1° misterio luminoso del Santo Rosario), nos parece que puede ayudarnos continuar leyendo y meditando nuevos párrafos del mensaje de recibió Marga el 22 de septiembre de 2015 (cfr. página de la Verdadera Devoción al Corazón de Jesús: www.vdcj.org). Es Jesús quien le habla.

Es nuestro lo que está entre paréntesis cuadrados [] y negritas. Las palabras de Marga van en cursivas. Lo demás es de Jesús.  

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Mensaje del 22-09-2015 (parte de él)

Jesús:

Eres importante y se estudiará tu Obra, pero no tu Obra por ti. Es la Obra del Corazón de Jesús en ti.

Tú no debes engreírte. Simplemente, ser consciente de todo lo que el Corazón de Jesús quiera hacer en ti. No por tus méritos, sino por los de Él y los de una Virgen asociada a Él.

Sí.  Aquí estoy.

Y puesto que aquí estás, ven. Ven ahora por este otro lado.

(Jesús, como caminando conmigo, se hizo a un lado, me llevó con Él. Que le siguiera. Es como una conversación del Maestro con el discípulo, paseando)

Habéis oído que los amos de este mundo tiranizan a sus discípulos. No así entre vosotros: el que quiera ser el pri­mero entre vosotros, sea vuestro servidor (Nota 300: Cfr. Mt 20, 25s).

Lluvia. Cae la lluvia sobre esta tierra tan reseca. Llueve el Espíritu Santo. Es lo que hará renacer mi Iglesia. Mi Iglesia, en esta época de la Historia, no puede revivir sin los Carismas Extraordinarios. Son necesarios a todo Grupo y a toda Orden, para revitalizarlos. Muchos están muertos. Para hacerlos revivir.

[Como veíamos en el post pasado, el Espíritu Santo dirige a la Iglesia a través de la Jerarquía (los Pastores) y de los Carismas (las gracias especiales que concede a algunos fieles —muchos de ellos hombres y mujeres, que son santos— para bien de toda la Iglesia. Esas gracias muchas veces son dones extraordinarios, en el sentido de que van más allá de los cauces ordinarios de la gracia: los Sacramentos, la Palabra de Dios, la acción del Espíritu que santifica a la Iglesia]

La Iglesia, los Movimientos, los Grupos, las Asociaciones, no podrán revitalizarse sin estos Carismas Extraordinarios. Es por eso que Yo los doy, aquí y allí. Es por eso que Yo me prolifero en mi Espíritu Santo y me dono y me regalo a mi Iglesia, mi Esposa preferida, mi Única Esposa. La Preferida entre todas, por eso mi Única. No tengo otra.

(Lo dice porque aquí pensé que decir: «la preferida» implicaba que tenía otras esposas, y parecía poligamia. Pero debe ser una manera de hablar hebrea. Ah, es verdad. En la Biblia vemos: «Mi Predilecto, mi Único Hijo» para referirse a Jesús, ¿no?)

Jesús, ¡cómo haremos esto!

(Veo que esta es la manera que El elige, y que se rechaza en la Iglesia. Veo la dificultad en aceptar esto por la mayoría, y que es el camino que hay que tomar).

Ahora la Iglesia dejará el Camino de la «normalidad» y, «por vías normales», no se predicará nada. No se avanzará, no se comunicará nada al pueblo. Todo se volverá extraordinario, porque extraordinaria deberá ser vuestra manera de responder. Se os pedirá la heroicidad.

[En cierta manera, se puede decir que el Espíritu Santo nunca deja el camino de la “normalidad” porque siempre actúa en cada alma con sus dones “ordinarios”. Parece que lo que quiere decir Jesús es que estamos en “tiempos extraordinarios” y que, por eso, se necesitan ahora dones extraordinarios y una respuesta “extraordinaria”, heroica, de nuestra parte]

Ahora, el que quiera permanecer en mi Casa y no ser expulsado de ella, tendrá que ser un héroe. Un héroe al que se pedirán las más excelsas proezas. Allá donde él sea capaz por su naturaleza y por los dones otorgados.

[Realmente, los santos siempre han sido “héroes”, en el sentido de responder generosamente a la acción de Dios, cada uno según los dones recibidos, ordinarios o extraordinarios]

Los Tiempos van a ser duros en cuanto económico, en cuanto a lo físico, en cuanto a lo intelectual, en cuanto a lo afectivo y lo moral, y en cuanto a lo religioso. Habrá mucha confusión.

Los «normales», los que se queden con la normalidad, se irán detrás de lo que van a hacer como «normal» en mi Iglesia, que es ir en contra de la Tradición y la moralidad de siempre.

[Aquí, Jesús, utiliza la palabra “normalidad” en sentido peyorativo: la normalidad de los tibios, de los que no luchan y se quedan cómodamente instalados en una vida gris, sin responder a lo extraordinario de la situación en que vivimos]

Pero esto lo van a hacer de una manera muy sibilina. No os vais a dar cuenta de que esto va a ser así. Seguirlo os parecerá «de lo más normal».

[El discípulo de Cristo, en estos tiempos, no puede vivir según lo “políticamente correcto”. Eso es lo que pedirán los de la Falsa Iglesia y muchos se dejarán engañar por ese estilo de vida “normal”]

¿Crees, hija, que Yo os iba a hacer entrar en una  época así tan dura y tan difícil como ésta sin daros las armas? No sería Justo, no sería Dios. Recibiréis estas armas de Mí y fructificaréis en ellas. Los que lo hagáis, resistiréis.

En esta época tan dura de sequía los campos se agostarían y la semilla echada a perder si Yo no enviara la lluvia del Espíritu, que lo hace, pero no por los cauces «legales», los de la legalidad. Mi Espíritu penetra y os irrumpe allá donde no os esperáis. Y para reconocerle hace falta estar muy centrado en Mí y a mi disposición.

[A veces, los “cauces legales” pueden estar un poco, o bastante, obstruidos. Los Sacramentos y la Palabra de Dios son siempre manantiales cristalinos y puros en los que beber. Los pastores de la Iglesia, en cambio, son cauce de los planes de Dios pero contienen un elemento humano que puede ser un obstáculo a la gracia. Parece que a eso se refiere el Señor]  

Tengo que deciros, hijos míos, que a veces lo capta más alguien que no es de mi Casa, que vosotros. A veces lo capta más alguien de afuera.

Sólo por esto se revivirá la Iglesia, por esta lluvia del Espíritu.

Por eso, tan importante que dediquéis todos vuestros esfuerzos a cuanto más podáis distribuir la Obra, mejor. Y a que sea traducida a otros idiomas. Y a que se lleve a otros países. Sí, a México. A todas partes. Id, id en viaje apostó­lico difundiéndola.


sábado, 5 de enero de 2019

Un gran bien para la Iglesia


Comenzamos un nuevo año. El panorama mundial no es nada claro, ni alentador. Ahora, más que nunca, necesitamos estar bien orientados hacia lo realmente importante: cumplir la voluntad de Dios, buscar seriamente la santidad, amar a Dios y a nuestros hermanos con todo el corazón, ser fieles a la vocación cristiana que hemos recibido...  

 

Mañana es la Solemnidad de la Epifanía, la Revelación de Jesús a todos los pueblos. El Señor no deja de revelarnos sus planes, también a través de las revelaciones privadas, que son un gran bien para la Iglesia.  

Sabemos que sólo podremos colaborar con el Plan salvífico del Señor si estamos unidos a Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida. Sin Él, no podemos nada.

El Señor nos ha dejado todos los medios para poder conocerlo y amarlo en esta vida. Los fundamentales son su Palabra y sus Sacramentos (el principal: la Eucaristía). Tenemos la Tradición y el Magisterio perenne de la Iglesia para guiarnos en la Verdad, señalarnos el Camino y proporcionarlos la Vida.

Sin embargo, Dios puede actuar (y así lo ha hecho a lo largo de la historia de la humanidad) por medio de otros instrumentos, escogidos por Él, como lo fueron los profetas en el Antiguo Testamento, y como lo son los nuevos profetas que ha suscitado en el Tiempo de la Iglesia (Bernardette de Lourdes, Pastorcitos de Fátima, Niñas de Garabandal, Videntes de Medjugorge, Marga, etc.).

El Concilio Vaticano II nos recordó que la Iglesia es jerárquica (los Pastores) y carismática (los santos, etc.). Todos los fieles podemos recibir carismas, es decir, gracias especiales, que hay que poner al servicio de los hermanos.

El Espíritu Santo “concede también dones peculiares a los fieles (Cf. 1 Cor., 12,7) "distribuyéndolos a cada uno según quiere" (1 Cor., 12,11), para que "cada uno, según la gracia recibida, poniéndola al servicio de los otros", sean también ellos "administradores de la multiforme gracia de Dios" (1 Pe., 4,10), para edificación de todo el cuerpo en la caridad (Cf. Ef., 4,16)” (cfr. Apostolicam actuositatem, n. 13).    

“De la recepción de estos carismas, incluso de los más sencillos, procede a cada uno de los creyentes el derecho y la obligación de ejercitarlos para bien de los hombres y edificación de la Iglesia, ya en la Iglesia misma., ya en el mundo, en la libertad del Espíritu Santo, que "sopla donde quiere" (Jn., 3,8), y, al mismo tiempo, en unión con los hermanos en Cristo, sobre todo con sus pastores, a quienes pertenece el juzgar su genuina naturaleza y su debida aplicación, no por cierto para que apaguen el Espíritu, sino con el fin de que todo lo prueben y retengan lo que es bueno (Cf. 1 Tes., 5,12; 19,21)” (cfr. ibídem).

A continuación, transcribimos algunos párrafos del largo mensaje que Jesús comunicó a Marga el 22 de septiembre de 2015, que nos orientan en este tiempo. En esos textos, el Señor nos señala la importancia que esos mensajes extraordinarios tienen, en la actualidad, para no descaminarnos. Vale la pena meditarlos con calma. Cfr. Página de la Verdadera Devoción al Corazón de Jesús (www.vdcj.org).

Entre paréntesis [ ] ponemos algunos comentarios nuestros. Lo demás es el mensaje de Jesús. En cursiva va lo que dice Marga. Las negritas son nuestras.

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Jesús:

Existen almas en estos últimos tiempos destinadas a ser guías de las gentes, y tú eres una de ellas. (…).

[El Señor hace ver a Marga que muchos —incluidos los pastores en la Iglesia— no escuchan sus Mensajes —entre ellos, los que recibe Marga—, que son necesarios para orientarse en esta época]

Es deber de los que veis que todas estas cosas vienen de Dios defenderlas ante la autoridad que las desacredita. Es deber de todos vosotros, que habéis sido ayudados o convertidos por los Mensajes, ir a defenderlos ante quienes lo prohíben.

Quisiera que, si en la Iglesia se desautoriza Medjugorje, hubiera un aluvión de peticiones y de mensajes insistentes de los seglares para que se quitara la desautorización.

No, no digas: «Bueno, da igual, nosotros sabemos que es cierto», porque no da igual que se apruebe oficialmente o que no. Si no se hace, se dejará de hacer mucho bien, un gran bien a la Iglesia. Muchos dejarían de ir. (…).

[Algunos se oponen a estos mensajes y no les gusta que la gente los aproveche y hagan mucho bien. Muchas veces no hacen nada ni dejan hacer]

Les da rabia que la gente «resucite» con estos Mensajes especiales. ¡Si no hicieran falta, Yo no los enviaría! (…).

[El Señor desea que seamos humildes y sencillos; que seamos almas ardientes que le amen de verdad. No quiere que tengamos un corazón frío, indiferente a su Amor. Especialmente se dirige a los sacerdotes]

No os comportéis con Jesús como si fuerais un desierto, sin agua. No os comportéis como un pozo seco, no como tierra árida. No seáis como esos falsos samaritanos, que dicen darme agua, y no me dan.

Yo veo vuestro interior, y vuestro interior, me duele.

Pensad que Yo también necesito Amor, y Confianza,  y entrega, y fe.

¿Vosotros lo necesitáis? ¿Necesitáis Amor y muestras de cariño? Pues ved si no cómo las necesita Dios, que la necesidad de Dios es Infinita.

Y si estáis tan secos que no sacáis de la árida tierra de vuestro corazón nada, hacedlo al menos con estos Mensajes. ¡Para eso os los entrego! Porque no sabéis amar, hijos míos, servidores míos, que os habéis comprometido a una entrega crucial. ¡Sed fieles a ése vuestro compromiso! Para eso os dono este Mensaje. No lo desdeñéis. No digáis: «Yo, con lo que tengo, ya me basta», porque hijos míos, no tenéis nada. Y si a Mí me bastara, no os los habría dado.

¡Oh, amo a la gente sencilla que los estudia y medita y no piensa que ya lo sabe todo y que no necesita más de Dios!

¿No veis, hijos, que me servís como fríos funcionarios sirven al Estado o a su empresa?: Sin implicación, sin cariño, sin caridad, ¡y no digamos ya sin amor esponsal! ¡¡No sabéis lo que eso es!!Por eso os lo digo aquí.

A pesar de llamaros los míos y decir que sois mis esposos, a pesar de vuestros votos, a pesar de vuestro compromiso, a pesar de vuestro sello sacramental indeleble, a pesar de eso, no me conocéis.
Ni me conoces ni me quieres conocer. (…).

[Aunque estas palabras fuertes las dirige el Señor especialmente a los sacerdotes, podemos aplicárnoslas a nosotros mismos, para agradecer que nos revele lo más íntimo de su Corazón enamorado]