sábado, 26 de septiembre de 2015

Prepararnos para la Gran Batalla final, siendo fieles en lo cotidiano y ordinario

Seguimos reproduciendo los textos, de los Dictados de Jesús a Marga (Tomo Rojo), en los que, de alguna manera, se hace alusión a “la Gran Tribulación”. No sabemos cuándo comenzará a manifestarse de manera plena. Pero ya estamos en ella, como parece señalar el Papa Francisco en la ceremonia de Vísperas de la Catedral de San Patricio, en Nueva York, dirigiéndose a sacerdotes, religiosos y religiosas de Estados Unidos, el 24 de septiembre: “Con las palabras del Apocalipsis, les digo que ustedes «vienen de la gran tribulación»” (7,13).


La Virgen a Marga (21 ago 2003) (mensaje completo)

Los de la armadura blanca. Vosotros sois los de la armadura blanca. Que han blanqueado sus vestiduras con la Sangre del Cordero. Los que vienen de la Gran Tribulación. ¡Oh, Gran Tribulación! En la que estáis. ¡Oh, amados!  ¡Amados! (ver nota 1), los propósitos se os quedarán pequeños viendo, en el día a día que os ha tocado vivir, todo lo que tendréis que reformar para conseguir seguir ascendiendo a siempre más y mejor. Porque mirad el Ejército del Maligno.
Necesito el mismo contraataque entre vosotros, débiles-fuertes. Para ello, estos pequeños propósitos se os quedarán chiquititos, porque tendréis que arremeter con enormes, grandes propósitos para la acción, so pena de no querer sucumbir a sus garras y dejar las posiciones de defensa indefensas.
Lo que quiero es que preparéis el corazón para las grandes empresas que os tocará acometer. Que os prepararéis antes con estas pequeñas cosas, estas pequeñas mortificaciones. Tienen la misión de prepararos el corazón para la Gran Batalla final.
Y mirad que quien no me fue fiel en lo poco, tampoco podrá hacerlo en lo mucho. Y luego no pasará al Banquete de Su Señor limpio y reluciente en las vestiduras, habiendo limpiado a su vez a un gran número de hermanos.
¡Oh, qué batalla tan dura, hijos! Pero vosotros me amáis. Vosotros Le amáis. Y podréis con ella. Sí, en virtud del amor que os tengo y el que vosotros le tenéis. ¡Amadle! ¡Amadle siempre! Así estaréis dispuestos a hacer lo que Él os diga.
¡Venid ya! Los de la armadura regia y blanca,  venid, que os voy a dar mis órdenes.
Vuestra Madre viene a luchar con vosotros contra la Serpiente.
La Masonería ha logrado introducirse hasta los más altos dignatarios de la Iglesia y desde allí trabaja la destrucción de la misma.
Fuera, en el mundo, el Gran Dragón lucha por devorar cada vez más hijos fieles ahora convertidos en infieles.
El tercer foco por donde actuará Lucifer es por el poder de las naciones. Muchas se han puesto ya de acuerdo para repartirse los bienes de la tierra dejando a los demás indefensos ante las guerras y condenados a inanición. Pero no saben que el Castigo va a afectarlos a ellos también. No se puede condescender con el mal para poder sacar bien. ¡Oh!, ¡el mal te ataca y te coge con todas sus garras! No puedes luego escapar.
 ─ Marga: ¡Oh, Virgen de Fátima! ¡Protégenos!
Sí, lo haré. Si permanecéis siempre unidos a Mí y muy dentro de mi Corazón.
Vosotros creéis que no podéis hacer nada frente a esto. ¡Sí, podéis! Salvad, ayudadme a salvar al menos un pequeño resto. Para ello no quiero ni una débil condescendencia para el mal, que os buscará al acecho esperando poneros la piedra para que tropecéis y caigáis. ¡Ni una débil condescendencia!
Os hablo de metas grandes: salvar vuestra Patria, arrancar las almas de manos de sus enemigos, salvarlos, llevarles a la luz. ¡Os hablo de metas altas! Coged vuestros ojos y plantadlos mirando arriba. No os quedéis en vuestras pobres metas propias pasajeras. ¡Os llamo a algo más alto!  (2)

Notas
(1) Veo a la Virgen como una Capitana de la tropa, de pie, ante nosotros, con un estandarte que ondea al viento, mirándonos con un gran cariño. Estamos delante de Ella esperando órdenes. Va a hablarnos.
(2) Veo a la Virgen que quiere defender a sus hijos y con fuerza está quitando de sus espaldas, de sus cuerpos como horribles bichos-hombres que se les pegan como una lapa. Nos mira y necesita nuestra ayuda. ¡Es muy grande el Ejército Enemigo! ¡Dios mío! Y se diezma el Ejército de Dios en cuestión de segundos. ¡Dios mío! ¡Dios mío!

Jesús a Marga (16 abr 2005) (mensaje completo)

Quisiera que fueras una persona que tiene mucha ilusión por Mí. Abre la Puerta de mi Herida y entra. Pero con ilusión.
Quisiera que todos tuvierais ilusión. ¿La tenéis? Mirad que ésta es la empresa más ilusionante que podáis llevar a cabo. Mirad que es lo más grandioso que se le puede pedir a una persona: que me ame, y amándome, difunda mi Devoción, difunda mi Amor.
Es la Nueva Civilización.
Cuanto tú abras la Puerta de mi Herida darás paso a la Nueva Civilización. La Civilización del Amor. Sabes que en ella no caben los melindrosos, ni los llorosos, tampoco los blandos. Es para los hombres y mujeres recios del mañana. Que supieron pelear y vencer en el día de hoy, cuando se presentó la Nueva Tribulación para la Iglesia.
¡Entrad en el mundo espiritual! ¡Entrad en el mundo espiritual!
NUNCA TE FALTARÁ MI AMOR, HIJA MÍA. Yo te lo he dicho y aquí lo tienes.

Jesús a Marga (7 dic 2007)

¡Mira las cosas en espíritu y en verdad!
Quisiera que tú fueras la continuadora de la Obra de Bernardo, la difusora de mi Misericordia. Mira, lees cómo él, ante la Custodia en mi Presencia, recibió este encargo mío. Al igual que tú lo habías recibido mucho antes que leyeras esta obra.
Quiero que seas la difusora de mi Misericordia.
Ve y escribe este otro Libro: «Verdadera Devoción al Corazón Sacrosanto de Jesús Sacramentado».
¡Es mi Reinado Eucarístico! Eso quiero. Lo anunciado por los profetas, el Reino Nuevo venido a la tierra: Mi Reino Eucarístico a través de la Devoción a mi Sacrosanto Corazón. Y al final de tus escritos con mis Mensajes, Yo daré cómo.
 ─ Marga: Corazón de Jesús, te has vuelto Loco.
¡Sí! Me he vuelto loco por tu amor. Me he vuelto loco por vuestro amor. Y mirad ahora que estoy dispuesto a derramar todavía más abundantes Gracias en vosotros, en vuestros corazones. Todavía más abundantes que se hayan podido dar en toda la historia de la Salvación. Reservadas para estos Tiempos en los que le fe está medio muerta, se ha helado la fe. Yo voy a revivirla y a calentarla en Hoguera Ardentísima, donde quemaré todos vuestros pecados para dar paso al Amor. ¡Es como un Torrente imposible de contener! Así cae mi enseñanza sobre vosotros.
Mira que Soy Yo Quien te llamo y no eres tú la que te inventas Mensajes o misiones, y puesta a inventar, exageras por arriba. No. Soy Yo Quien te digo: Haz esto. Yo estoy contigo.
Mira cómo a lo largo de los Tiempos hay una Promesa con respecto a la Devoción al Corazón de Jesús que está sin finalizar. Y Yo deseo que tenga en vosotros su final cumplimiento. Como pobladores de la España en los Tiempos de la Gran Tribulación. Como constructores del Reino Nuevo.
España tiene que dar al mundo la Auténtica Devoción al Corazón de Jesús para estos Tiempos. Y los difusores sois vosotros.
Esperad la Efusión de mi Espíritu Santo. Él vendrá sobre vosotros. Ya va viniendo poco a poco. Llegará un momento que os invadirá de tal manera que saldréis a predicar por las calles, las plazas, sin miedo. Y lo daréis todo. Y os despojaréis de todo.
No es un camino ordinario.
No.
Pero primero tenemos que ser fieles en lo cotidiano y ordinario.
Sí. En espera de mi Espíritu Santo.



sábado, 19 de septiembre de 2015

No tenéis nada que temer

Jesús y su Madre no cesan de advertirnos que hemos de prepararnos para la Gran Batalla. Pero también sus palabras están llenas de consuelo. Nos piden que no temamos nada. No hay nada que temer. El Señor está junto a nosotros en el combate. Podemos poner toda nuestra confianza en Él y en nuestra Madre.

A Igreja triunfante. Fachada da catedral Notre Dame, Paris.
La Iglesia triunfante
(fachada de la catedral de Notre Dame, Paris)

La Virgen a Marga (20 ene 2003)

Y cuando todos han huido de los campos de batalla, han dejado la siega, han dimitido de sus funciones, han dejado sus puestos y han sido ocupados por el mal, he aquí que Yo me he procurado un diminuto pero potente ejército de lucha contra el Malo, de contrafuerte para la Iglesia, de caudal abierto, de río suave y ligero pero firme y poderoso de corriente de Amor que comunique el Amor a todos los pueblos.
No dimitáis, no desertéis, no dejéis vosotros vuestras funciones, porque he aquí que uno de vosotros tiene que hacer las veces de 1.000, porque han sido 1.000 los que han desertado de sus puestos.
Yo os he dicho a cada uno: nada que temer, nada por lo que temblar. ¡Yo os espero al final del Camino para daros mi abrazo de Amor! ¡Venid! ¡Venid Conmigo! ¡¡Venid a reinar Conmigo!! Amén.

La Virgen a Marga (20 ene 2003)

Haceos fuertes en mi Corazón contra la guerra del corazón humano, que no se ha podido formar adecuadamente. Es infantil, y ahora se enfrenta a batallas de adulto ducho. Pero todo lo podrá Conmigo, si antes se ha hecho fuerte en mi Corazón. Mi Corazón tiene poder para reavivar el débil, resucitar al muerto, mi Corazón tiene todos los Poderes de Dios. Venid a Él y sentiréis que mi Fuerza os llena y os hace capaces de superar las más grandes batallas con éxito, renunciar hasta lo que creíais más preciado para vosotros y se encuentra más apegado a vuestra piel. Porque Conmigo todo es posible. ¡Venid y lo veréis!
Venid, venid a morar Conmigo, y recibiréis de mis Fuentes el Agua de Vida eterna que os haga aspirar ante todo por los bienes celestiales, dejando a un lado los materiales. ¡Venid y lo veréis! ¡Venid y lo experimentaréis!
Y nadie podrá decir jamás que se enfrentó a esta batalla ingente, solo, abandonado de la Mano de Dios, nadie lo podrá decir jamás. Porque a mis siervos les infundí un espíritu de hijos, que les hizo gritar: «¡Abba!», ¡Padre!, y jamás volvieron a sentirse nunca solos, jamás huérfanos. Porque el Hijo se revela en esta hora de la historia con más fuerza y es más fuerte el Poder de su Espíritu porque es más fuerte el poder del mal. Y Él no deja a los suyos sin asistencia, jamás retira su Espíritu.
Venid a cogerlo para sentiros fuertes, con la fuerza que da Dios, y poder haceros así ¡triunfadores de vuestros enemigos!, ¡mensajeros del Amor!

Jesús a Marga (7 jul 2003)

Estad alerta, estad alerta y vigilad, porque no sabéis el día ni la hora.
Los infieles contra los fieles, haciéndoles la guerra. Y los fieles defendiéndose, con las uñas y los dientes, ¡y atacando,   contraatacando!
¿No veis que se os gana por todos los flancos? ¡Por ése y por ése otro lado! Acudid a custodiar y defender todos los flancos: La familia, la patria, la vida, el amor, el dolor, la labor... ¡defendedme! Y acudid a custodiar todos los flancos. La religiosidad. La Eucaristía.
Existe la guerra entre vosotros. Y cuanto más fieles, más os harán la guerra los infieles. Pero recordad que los infieles no saben que lo son. Una de las características de los infieles es no reconocerse pecador. Ver bondad en todos sus actos porque descubren en ellos la semilla de Creador, y no se dan cuenta que el bien no es una «opción de vida» sino la decisión permanente por él.
«Pondré enemistad entre ti y la Mujer, entre tu estirpe y la suya. Ella te herirá en la cabeza y tú acecharás su calcañar».
«Arcángel San Miguel, defiéndenos en la Batalla». Estáis en la Batalla. Ésta es la Batalla. Su estirpe está acechándoos continuamente intentando heriros, pero si estáis en los Brazos de la Mujer, sabed que Ella ha vencido al Maligno y lo continúa haciendo ahora en sus hijos, así que, no temáis. No temáis y permaneced fieles.
La fidelidad es lo que vence a la infidelidad.

La Virgen a Marga (15 ago 2003) [volvemos, por su importancia, a reproducir este mensaje]

Mirad, hijos, os llamo ahora, urgentemente, porque se está llevando a cabo una masacre ¡una masacre en mis filas! Y yo tengo el rostro serio y grave. Una masacre. ¡Miradles! Todos vuestros hermanos muriendo, muriendo y muriendo...
Hay muchas muertes en el campo de batalla. Aunque todo esté aparentemente tranquilo. Aunque vosotros aquí estéis como en un remanso de paz, allá, en el campo de batalla, muchos de los míos están pereciendo a manos de sus enemigos. ¡Sí! ¡Los míos! Hija, se diezma mi Ejército.
El estandarte de vuestra salvación es la Eucaristía. Aquel que porte la Eucaristía, que sea persona eucarística, hará retroceder a las hordas del Maligno.
Sed Eucaristía. Yo también era Eucaristía. Imitadme.

Nota (1)  La Virgen se me aparece como una gran Mujer que viene del Campo de Batalla de atender a los suyos. Está cansada. Ha hecho una parada para venir a contarme esto. Es como si nosotros estuviéramos ajenos a una gran guerra que está ocurriendo a nuestro alrededor. Como si estuviéramos en un remanso de paz, y afuera todo es violencia. La Virgen viene a decírnoslo. Y a requerir nuestra ayuda. Allá afuera se necesita gente. El ejército del mal va diezmando la población. Oigo aves, gritos, ruido de cruel matanza. Puedo sentir cómo están matando a los nuestros. La Virgen ha entrado y se ha apoyado descansando, aunque sigue de pie. Estoy en una tienda de campaña y la tela que hace de puerta se ha corrido y puedo ver un poco de la batalla. La Virgen no está radiante sino que está cansada, y sus ropas no rotas pero sí como de alguien que viene de trabajar y moverse mucho. Tengo que salir de la tienda pues me están llamando con premura. Entonces veo como un caballo sin jinete que me está esperando. Subo y cojo un estandarte ante el cual, los enemigos se abajan hasta el suelo, inclinan la cabeza. El estandarte es la Eucaristía.



sábado, 12 de septiembre de 2015

Entrenaos en estos días de aparente calma

Leíamos en uno de los mensajes a Marga: “Entrenaos en estos días de aparente calma”. Efectivamente, son los días de la “apostasía silenciosa”, de “aparente calma”, pero en los que ya se va fraguando la Tormenta de la Gran Tribulación. Son, por lo tanto, días de preparación intensa: de silencio, de oración, de ayuno, y de ayudar a tantas almas débiles que necesitan acercarse a la Fuente de la Gracia.  

O dragão tenta inutilmente destruir a Igreja. Ottheinrich-Bibel, Bayerische Staatsbibliothek, Cgm 8010, Folio295r
El dragón trata inútilmente de destruir la Iglesia
(Ottheinrich-Bibel, Bayerische Staatsbibliothek, Cgm 8010, Folio295r)

Jesús a Marga (10 ene 2002 (Mensaje completo)

Jesús:
Amados hermanos, amados míos, escuchad, escuchad la Voz de Dios. Sabed leer en los acontecimientos los signos de los tiempos, porque Dios os habla también a través de ellos. No estéis como tontos, oyendo otras voces del mundo que os llaman sin cesar y vosotros os dejáis llevar gustosos por ellas. Os llaman, pero a la perdición. Escuchadme a Mí que Yo os llamo para la Salvación.
Ved, ved y oíd. No seáis como los ciegos que mirando no ven y los sordos que escuchando no oyen. Ved y oíd, ved y oíd la Palabra de Dios, el cumplimiento de sus Designios por sus Obras. Ved, ved y oíd.
Escuchad el clamor de las olas rugientes que se abalanzan sobre vosotros. Es la Gracia de Dios de conversión que lava, lava y arrasa, como lejía de lavandero, lava y arrasa lo sucio a su paso. Es necesario. Es necesaria la inundación que arrasa. (1)
Escucha, escuchad su rugido que de la tierra sale y rompe, y rasga los edificios con bajos pilares, rompe y destroza partiendo lo que el Juicio detuvo por su Amor. (2)
Escuchad, escuchad su Palabra, que como fuego sale de su boca y aniquila cayendo sobre vosotros, aniquila la perdición y es purificado a fuego vuestro mundo, como oro en crisol, para que quede en pie sólo lo puro, lo bueno y santo.
Escuchad: muchos mártires vuelan al cielo cantando con los Ángeles. Escuchad su fuerte cántico, armonizad con ellos salmos de alabanza para vuestro Dios. Mirad, esos pequeños son los mártires de la barbarie, por ellos a vosotros os llega también más condenación, pero ellos son dichosos conmigo en el Cielo.
Escuchad, ved. Escuchad y ved los signos de los tiempos. Ved y tened pavor sólo de no estar convertidos a tiempo. Lo demás dejadlo a la Misericordia de Dios. Él sabe qué hacer. Poneos fielmente en sus manos, que determinará la suerte a seguir de cada uno de vosotros. ¿Alguno quiere ofrecerse antes? Si al Padre le ha parecido bien, tomará vuestro ofrecimiento para la Vida Nueva.
Gustad, gustad y ved. Gustad y ved qué bueno es el Señor que no quiere que toda la humanidad se pierda y ha dejado para sí un Resto, un Resto para la salvación. Alimentaos, alimentaos de su savia.
Venid, venid a ver qué bueno es el Señor. Venid. Dejad la lujuria y la pereza, vuestros pecados capitales y venid, venid Conmigo.
Aquí os dono a vuestro Ángel. Él os conducirá. Tenéis los vuestros particulares. Tenéis a Miguel. Labrad la batalla dura, cruenta, contra el Maligno.
Notas: (1) Es el mar que se desborda con trepidantes olas y arrasa una ciudad marítima, la inunda y luego vuelve a su cauce y de la ciudad queda en pie muy poco.
(2) Es un terremoto que asola una ciudad.

La Virgen a Marga (15 ago 2002)

Díselo. Y que algunos, los que se sientan llamados, oigan mi llamamiento y vengan a mis filas. Las filas de combatientes, de valientes por Cristo Jesús. Para que se pueda llevar a cabo la batalla contra el pecado. Para que arranquéis a vuestros hermanos de las garras del pecado que les atenaza y no les deja ver claro y volverse a Dios.
Más sacrificio, más, más sacrificio. Oración y sacrificio. No vuestra oración, sino Su oración. No vuestro sacrificio, sino Su Sacrificio. Para que podáis ser salvos. Vosotros y vuestros hermanos.
¿Existe otro Camino mejor? ¡Oh no! Yo os digo que no existe otro mejor. Habéis sido llamados para asemejaros más y más a la Víctima. ¿Qué Camino?, decidme, ¿qué Camino puede ser mejor que llegar a ser en la tierra otros Cristos?
Yo os digo que ninguno, ninguno es mejor que llegar al Padre por medio de la semejanza victimante con su Hijo a través del Espíritu Santo.

La Virgen a Marga (6 oct 2002)

Mirad que os digo: No vengáis. No vengáis si no estáis dispuestos a todo. Sería peor. Abandonad antes. Porque la Batalla será muy cruenta, y no quiero débiles y no-preparados entre mis filas. Porque con esos no se puede luchar.
Es como una selección de combatientes antes del primer combate. ¿Quién viene? Medid vuestras fuerzas, que son las de Dios, y con arreglo a ellas, lanzaos, o no lanzaos. Pero quien no se lance, que no diga que se lanza. Sinceridad de obras y de palabras.
Os lo advierto porque será muy malo para él, y Yo, hijos míos, sólo quiero vuestro bien, porque soy vuestra Madre y os amo. Os amo, y os amo mucho.

Jesús a Marga (12 dic 2002)

Cuando veáis venir, con toda su fuerza, la Gran Tribulación sobre vosotros, acordaos, oh hijos, que sois los hijos predilectos del Altísimo, y que sobre vosotros descansan todos sus Dones. No tenéis nada que temer, pues grande es el Poder de Dios y os hace triunfadores de todos vuestros enemigos.
El tiempo de la elección ha pasado, ya no es la hora de la decisión, ésta es la hora de la acción. De la acción luchadora en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, la hora de la acción en el Amor.
Y para esto hoy os envío: para que seáis heraldos de la Salvación, soldados de Cristo en esta cruenta batalla contra el mundo, el demonio y la carne, que ya está teniendo lugar, y ahora encrudece su ataque todavía más.
¡Pero más fuerte es el Poder de Dios! ¡Venceréis de vuestros enemigos! Yo os digo que saldréis victoriosos.
Alabad a Dios en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Alabadle con vuestras preciosas vidas cedidas al Amor.
Alabadle en lo cotidiano y en lo extraordinario.
Alabadle en el apostolado y en el silencio [en la oración]
Alabadle, al fin, con vuestras vidas humanas cedidas al Amor y ofrecidas para la batalla.


sábado, 5 de septiembre de 2015

Preparad la última estrategia

Se hace más intenso el fragor de la batalla. Es necesario prepara los combates que se avecinan. Jesús y Nuestra Madre no dejan de ayudarnos con sus palabras encendidas y enviando la gracia que necesitamos para el combate.  

A Virgem do Apocalipse, Miguel Cabrera (1760)
La Virgen del Apocalipsis (Miguel Cabrera, 1760)

Jesús a Marga (25 oct 2000)

Hermosos y benditos días en los que mis elegidos lucharán a brazo partido contra mis enemigos, benditos los días de la Lucha, de la Gran Tribulación porque, aunque entre sufrimientos, saldréis vencedores, libradores de la Gran Batalla, el Gran Combate por mi Reino, y grande será vuestra recompensa en el Cielo, donde os espera mi Madre con los Ángeles y con los Santos, con los brazos abiertos, pronta para estrecharos y llevaros a vuestras hermosas moradas, donde ya no sufriréis más.
¿Cómo son las moradas de los mártires, las moradas de los guerreros de los Últimos Tiempos, las de los apóstoles y discípulos míos, de los Corazones de Jesús y de María de los Últimos Tiempos? Bendito nombre, benditos nombres de mis elegidos, escogidos para esta hora, que se hallan escritos en el Cielo.
Luchad, no temáis. Tenéis todo que ganar, nada que perder. El Todo es la Herencia Eterna, ansiada por los santos de todos los siglos. El Todo es el Reino Nuevo, del que a alguno os haré pobladores.
¿No es hermoso el final que os espera? La Gran Tribulación en sí es santidad, es justicia, es purificación, acrisolamiento de las almas de los justos. La Gran Tribulación es justa, es necesaria. Sobrepasadla, estad preparados. Que nadie diga que no puede, que no está preparado. Todos podéis, pues Yo estoy con vosotros. ¡Venid Conmigo! No os alejéis, penetrad más y más profundamente en mis Secretos, en mi Corazón. Haceos más íntimos a Mí, para que Yo pueda abarcaros mejor con mis brazos, defenderos mejor, ayudaros y alentaros mejor, daros fuerzas, daros de comer, daros de beber de mis manjares, de los Hontanares de la Salvación.

La Virgen a Marga (15 feb 2001)

Tenéis que haceros fuertes, ¡oh haceos fuertes Conmigo!, venid a Mí, venid a mi vera, congregaos frente a mi Corazón, y que éstos, los escogidos, entren más adentro. Estrechaos fuertemente todos junto a Mí, pues viene el enemigo para arremeter contra mi Iglesia y los débiles, los no preparados, están a punto de no resistir. Yo Soy la que ha vencido a la Serpiente, se encuentra ya vencida en la batalla que aún no ha tenido lugar, Yo Soy la que la ha vencido, por eso, Conmigo, ¡no tengáis miedo!, sí, «¡no tengáis miedo a ser santos!».

La Virgen a Marga (10 abr 2001)

Mi Espíritu está en paro esperando vuestro requerimiento. Invocadle y acogedle, ¡para luego darle!
La batalla, poco a poco, se volverá más cruenta. Primero luchad contra vosotros mismos para poder poneros a luchar contra los otros. ¡Qué fuerte y qué preparado veo al ejército del mal y qué blando y pusilánime veo a mi ejército!, el que es verdaderamente poderoso porque tiene a Dios, porque le impulsa el hálito del Espíritu y porque lo lidera la Virgen, su Madre.
Lo sabes, ¿verdad?, esta es vuestra primera lucha. Cuando hayáis salido vencedores, vendré a por los que queden. Con ellos llevaré a cabo la siguiente batalla, contra el ejército del mal. La verdadera y cruenta batalla, dura hasta el extremo, dura y angustiante, «aplastadora». Para ésa sí que os necesito fuertemente preparados, por eso, que se aparten de las filas los que no lograron vencer esta primera [contra el sentimiento], a esos no les quiero luchando en este puesto, a esos les digo adiós, no pueden venir al combate, que se acojan a la Misericordia de Dios.
Y vosotros, ¡hijos!, los que quedáis, ¡no miréis atrás!, no mirar atrás a los que quedan ahí en el camino, quedan llorando hijos, sí, pero es que sólo saben llorar, ¡necesito verdaderos guerreros!, los guerreros de estos últimos tiempos, hija mía, no se parecen en nada a esas mujercitas medrosas que no pueden ni levantar mi espada. Las armas que debéis levantar, tienen un sólido peso y sólo se pueden coger si se quiere con una decisión fuerte, y si no se tiene miedo. ¡Adelante!, venid a Mí purificados. Ya blancos, con las vestiduras blancas, vuestro cuerpo relumbra y ciega a las obras del mal, ciega ya al mal. Venid, que Yo os seguiré dando las armas e instruyéndoos en el uso que debéis dar a cada una de ellas.

Jesús a Marga (27 abr 2001)

¡Venid!, se acercan los días, asistid con gozo a la purificación de la tierra. Probaos vosotros también, entrenaos para los Días. Estad preparados. No se acerca un atleta a la competición sin haberse entrenado antes. Entrenaos en estos días de aparente calma, porque se fragua, se está fraguando por dentro el Desastre y está ya a las puertas y llama. Cuando Yo os encuentre preparados, rebañito fiel, lo enviaré sobre la pagana humanidad, y mis santos serán probados a fuego, como oro en el crisol. Seréis probados por vuestros propios hermanos que os perseguirán para intentar daros muerte. Pero vosotros antes ya os habréis hecho fuertes, os habréis hecho fuertes en mi Corazón, con las obras del amor, repletas vuestras manos, las manos de mis santos rebosantes de las obras del amor. Presentaos así ante Mí y ante vuestros enemigos, y Yo os haré vencedores de la muerte, vencedores en la batalla.

Dios Padre a Marga (4 jul 2001)

¡Venid hoy a Mí!, y arrepentíos, ¡arrepentíos! ¡Qué alejados estáis de Mí!, ¡qué alejados! No veis, no discernís los signos de los tiempos. No os dais cuenta de que este mundo se acaba y empieza el nuevo. Y para eso no puede quedar ninguna obra de pecado en este suelo.
¿Cómo será esto? Leed las escrituras, estudiad las profecías. Oíd al Espíritu de Dios que se manifiesta y se manifestará a cada cual mostrándole el camino, enseñándole lo que tiene que hacer.
No estáis solos en esta dura batalla que debéis librar. La Madre está con vosotros. Acudid a Ella, refugiaos cuando sólo quede refugiarse. Antes, de su mano, convertíos y convertid al Resto. Ayudadme a salvar al menos a un pequeño Resto.
Es duro, es duro el tiempo, son duros los Últimos Tiempos. Tenéis una Madre, acudid a Ella.